Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Permanecemos juntos, unidos, caminando hacia adelante, hacia el futuro, mientras la fuerza de la memoria hace grandes y eternos a aquellos que nunca olvidaremos, a aquellos que continuarán a nuestro lado aunque no les veamos, aunque ya no estén...
Y mientras ocupan un lugar invisible en nuestras vidas, sabremos que la grandeza y el carisma que definió sus vidas, seguirá ocupando un trono en nuestra mente y en nuestro corazón para siempre jamás...
Adiós, Papá, siempre estaremos contigo, siempre estarás con nosotros...
Ávila, 9 de abril de 2014.