Adiós, Puertas de papel

Después de mucho pensar y darme cuenta de algunas cosas, decidí que Puertas de papel llegó a su fin. Hoy no fue un buen día para nada, hace unas semanas que no tengo buenos días y no encuentro la manera de que esto no repercuta en el blog.
Estoy segura de que en el imaginario Manual del Blogger dice que esto le pasa al menos una vez a todos, de no saber qué reseñar, de no tener ganas de actualizar... sin embargo esto es un poco distinto.
Soy una persona de poca estabilidad, si me permiten entrar en algo más personal. El viento más leve puede afectarme de una manera que no se pueden imaginar y eso me viene pasando hace meses con un grupo súper desagradable de personas, y no veo por qué yo debería padecer una situación como las que tengo que pasar cuando algo me afecta, siendo que puedo evitar esto.
Hoy en día no estoy bien, es solo eso. Supongo que esto va a pasar y en cuanto me estabilice me voy a reír de estas cosas, pero no hoy, no ahora. Así que, de momento, esto queda así.
Ojo, quizá la semana que viene me de un ataque de super-pasión-bloggera y vuelva con una entrada, así que el cierre es solo momentáneo. Puede tomar unos días, unas semanas o unos meses, pero el tema es que cerramos por un tiempo.
Me encantaría ser un poco más fuerte de manera emocional y poder decir que me importa todo una mierda, pero lamentablemente no es así y necesito un tiempito para reflexionar sobre esta situación personal.
Sin más, sepan que todo este año y tres meses que llevo con ustedes fue una maravilla que no voy a dejar en aire. Espero volver con muchas pilas, reseñas y cosas nuevas.
¡Los quiero un montón y muchas gracias!