Adiós, Sr. Castro, adiós

D. Pedro Castro compró todas las papeletas para abandonar la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias, como no podía ser de otro modo después de perder la alcaldía de Getafe, en la que parecía ocupar un puesto vitalicio. Eso es lo que tienen los caprichos de las urnas unido al que haya tanto tonto de los cojones que vota a la derecha; siguiendo el criterio del insigne político, ha sido desalojado de ambos puestos por un puñado de lelos.

Reflexionábamos en este espacio, a raíz de las entradas sobre Bildu, en la legitimidad de cercenar el derecho a presentarse en unas elecciones a partidos o asociaciones que representan una cantidad tan significativa de la población vasca; en un país adalid de libertades, permisivo con quienes difunden ideas nazis, no parece tener sentido impedir a Bildu disponer de representantes en las instituciones. Yo no votaría nunca a esta formación, y tampoco llamaría tontos de los cojones a quienes lo hagan, algo que el político socialista no alcanzó a entender, pese a la relevancia de los puestos de responsabilidad ocupados. Un alcalde socialista calificando de tal modo a los votantes del Partido Popular o de cualquier otra formación, debería de dimitir de manera inmediata. La moda nos ofreció un ejemplo con el diseñador que defendió ideas nazis bajo los efectos de la cocaína: Fue cesado de forma fulminante. El tiempo que permaneció el Sr. Castro ocupando responsabilidades institucionales, no constituyó más que un insulto al sentido común.