Revista Maternidad
Querido tito Angel
Valiente luchador contra una enfermedad que, a pesar de haberte ganado la batalla, jamás te hizo perder las ganas de vivir y de sonreir.
Ha sido un fin de semana duro este en el que conocíamos la noticia de que tu cuerpo debilitado ya no podía soportar más el cáncer contra el que llevabas 4 años luchando.
Por circunstancias de la vida llevábamos tiempo sin vernos, demasiado siento ahora, pero siempre hemos sido una familia muy unida a pesar de la distancia y nunca he dejado de tenerte presente. Te has ido tranquilo, silencioso y discreto, dejando en mi corazón preciosos momentos, que ahora me parecen escasos. El recuerdo de esos veranos playeros en El Rincón de la Victoria, mis visitas a Barcelona, tu sonrisa , tu manera de pasarme el brazo por el hombro y decirme cosas bonitas..... . hace mucho ya de eso, pero las cosas que realmente merecen la pena nunca se olvidan.
Es curioso como vamos dejando pasar el tiempo, sin ver o llamar a las personas amadas , sin darnos cuenta de que la vida es incierta y que hay que aprovechar cada instante, tratando de no dejar las cosas y sobre todo a las personas, para mañana, porque quizás mañana ya no estén.
Contigo, y tras la muerte de mis padres, se va otro de los referentes de mi vida. Otra de esas personas que forman parte de nosotros desde siempre y que parece que estarán eternamente con nosotros. Pero no es así, el tiempo pasa para todos y momentos como este me hacen darme cuenta de que no debemos perderlo en cosas banales, si no dedicarlo a lo que realmente importa y nos hace sentir bien, sobre todo a las personas.
Me hubiera gustado verte una vez más, darte un abrazo y decirte lo mucho que te quería.No ha podido ser, pero estoy segura de que lo sabías.
Desde el sábado arde una vela en casa, una pequeña lucecita que encendí pensando en ti y en tu familia ,al recibir la noticia para acompañaros en la distancia. Y por fin hoy, en un momento de soledad e intimidad y mientras te escribo estas lineas , mis lágrimas afloran como ríos caudalosos, en un llanto intenso pero sanador.
Ahora, tengo un motivo más para mirar al cielo, una estrella nueva a la que buscar en las noches marineras. Ya no hay dolor, ni sufrimiento para ti, descansa tranquilo mi querido y dulce tito.
Te quiero,
Jasmin