La U.E. no solo ha fracasado en establecer una política común en relación con los refugiados con el consiguiente desbarajuste vergonzoso, sino prácticamente con todo lo que ha hecho en las últimas décadas, y en especial en la economía.
Una de las mejores demostraciones que la U.E. si no está acabada, y si no se produce un milagro, lo puede estar relativamente pronto, es el hecho de que a pesar del inmenso fracaso de las profundamente estúpidas medidas económicas que nos han sido impuestas, fracaso notorio, claro y evidente, no solo no rectifican, sino algo peor, reconocen el fracaso, dicen que las cosas no funcionan y así no vamos a salir definitivamente del riesgo inmediato de volver a caer en crisis, pero insisten en la profunda estupidez.
Hace unos días desde Bruselas se ha emitido un informe sobre la economía española en la que se exigen más reformas en forma de recortes sociales para la ciudadanía. No mencionan para nada, como siempre han hecho, cambio alguno en la desastrosísima Administración Pública española, lo que para mí es la principal rémora que impide mayor desarrollo económico y político en España. Una Administración corrupta que derrocha miles de millones en sueldos y gastos de inútiles vacas sagradas que no tienen reflejo en cuanto a servicios a la ciudadanía y en la que la culpa de cualquier error es siempre del administrado que es quien debe solventar y por supuesto pagar por el error que a él afecte. Una Administración Pública menos que tercermundista pero que para la U.E. no necesita reformarse mientras se cumplan con los recortes en educación, salud, etc.
Pero lo peor del informe es que se atreven a emitir un serio aviso sobre la elevada deuda pública e insisten en que para reducirla se ha de continuar con lo que ellos llaman reformas. Cuando en 2010, debido a que teníamos la desgracia de pertenecer a la U.E. tuvimos que aplicar medidas absurdas y estúpidas por orden de la U.E. y Merkel-Schauble, nuestra deuda pública suponía el 62% del PIB mientras que hoy es el 100% de dicho PIB, espectacular subida que se ha producido, al igual que en todos los países a los que se obligó a seguir políticas imbéciles, a causa de la aplicación de las normas idiotas de la U.E., que ahora nos pide insistir en dichas normas estúpidas para ¡¡¡¡reducir la deuda!!!!. ¿De verdad queda alguien que todavía no quiere salir a toda velocidad y cuanto antes de la U.E.?
¿A quién se le ocurre ponerle un corsé a la economía y limitar el déficit presupuestario en plena crisis?, pues a Angela Merkel y Wolfgang Schauble, y no solo hacen tamaña idiotez sino que obligan al resto de la U.E. a hacer también el idiota. Y no contentos con tanta estupidez no hacen caso ni de las evidencias de fracaso absoluto ni del griterío constante y creciente de expertos en economía que les dicen que están haciendo lo contrario a la lógica, y como consecuencia los países de la U.E. salen de la crisis de manera frágil y años más tarde que el resto del mundo incluidos los países europeos que tienen la suerte de no pertenecer a la U.E.
Cada vez que de Guindos, Rajoy o cualquier otro mentiroso del PP dice que se ha salido de la crisis gracias a las “reformas” me da dolor de estomago, y cuando, por esta razón, el tándem Merkel-Schauble les elogian me dan ganas de soltar ventosidades hacia el norte, hacia Alemania, porque dichos elogios son una indecencia cuando hay países como Islandia e Irlanda que son un mucho mejor ejemplo, a partir de una situación inicial mucho peor que la española, pero que nunca serán elogiados por la U.E., en un caso porque no forma parte de la Unión y en el otro porque no cumplió las instrucciones Merkel-Schauble al pie de la letra.
En la actual reunión del G-20 en Shanghái, y en clara referencia a la U.E., se planteó la necesidad de regresar a los estímulos para incentivar el crecimiento económico como única solución al actual estancamiento de la economía y al riesgo de una nueva crisis, y a pesar de ser uno de los principales responsables de que la economía mundial se encuentre en esta situación, la única nota discordante fue el asno Schauble que afirmó que Alemania se opone a cualquier estímulo de la economía. Afortunadamente nadie le apoyó porque el resto, sin excepción, estaban muy lejos de las estúpidas posturas de Schauble.
Aunque Schauble dijo muchas estupideces, dos de ellas me parecieron insuperables. En primer lugar dijo que los estímulos han perdido eficacia y solo sirven para aumentar el gasto público. Es decir un inmenso zoquete, incapaz de darse cuenta del catastrófico fracaso de sus medidas preferidas aunque tenga el fracaso frente a sus narices y sus ojos, se considera capaz de predecir que los estímulos son inútiles. Además se atrevió a afirmar que la prioridad debe ser sanear las cuentas públicas ya que el modelo de crecimiento basado en el endeudamiento tiene sus límites. Por lo visto para el zoquete el hecho que todos los países que para su desgracia han tenido que aplicar las medidas estúpidas Merkel-Schauble hayan visto aumentada espectacularmente e incluso desbordada su deuda pública no existe, un endeudamiento además que solo ha servido para empobrecer el país. Si Schauble quiere saber que ocurre en un país cuando aplica sus medidas solo tiene que ir a Grecia y verá un país que desde que hace lo que él manda cada año es mucho más pobre que el anterior y su deuda pública se dobla cada dos o tres años. Aunque mejor que no vaya a Grecia porque igual no saldría vivo.
Schauble va en silla de ruedas porque un terrorista le disparó hace años y una de las balas se incrustó en su columna vertebral. Es muy probable que si el terrorista hubiese afinado la puntería nos habríamos ahorrado unos años haciendo el idiota, porque donde Schauble necesita una silla de ruedas de manera perentoria es en el cerebro.