Adios wii me quede dormido.

Desde que tengo memoria, siempre me han gustado los videojuegos, fui afortunado ya que en mi infancia, mi papa, me compro varias consolas de videojuegos y pude disfrutar un sinnúmero de horas juegue y juegue los títulos de aquella época, la consola que recuerdo que fue la que más horas me dio con los amigos fue el PS1, con varias de sus entregas.

Cuando se hiso el cambio de generación empezó a predominar el PS3, el WII y el recién llegado XBOX 360, cuando mis amigos y yo no contábamos con el dinero para comprar esas consolas,  pero nuestra salvación sin duda fue el hecho de que se estaban popularizando los cibers con consolas de videojuegos en las colonias populares.

A pesar de que fui a varios de estos, había uno al que a mis amigos y a mí nos gustaba ir, esto se debía a que la señorita que atendía trataba muy bien a sus clientes y tenía ese algo que hacía que toda la colonia llenara siempre ese ciber, mi amigo Carlos me dijo una vez cuales eran esas dos buenas razones.

Esa joven era la encargada del turno de la tarde, pero por la mañana aunque no se llenaba, tenia de encargado a un señor gordo, de barba y culón que siempre estaba en el privado del ciber no se sabía qué hacía mucho tiempo metido haya, pero muchas veces se quedaba dormido y cuenta la leyenda de varios jugadores que pagaban una hora y acababan jugando hasta 3 por la falta de atención que les ponía este señor.

Un día jueves, rento unas consolas y se encerró en el privado como si nada, se dice que un niño honesto termino su hora y abrió la puerta para devolver los controles al asomar vio a este señor durmiendo y con la página de PETARDAS abierta, el salió dejo los controles y conto a sus amigos  lo sucedido en voz alta mientras se iban.

Alguien lo debió de haber escuchado, porque al despertar el señor, se dio cuenta que le habían robado su Wii, cuando llego la dueña del ciber le metieron tremenda cagotiza, lo bueno es que el ciber no se llenaba por el Wii si no por otra cosa, así que las pérdidas fueron pocas.

Lo peor es que inculparon a un amigo mío, cuando todas las sospechas caían sobre un moreno que vive a la vuelta del ciber.

La lección es estar pendientes siempre de su trabajo, sobre todo si es un lugar donde constante entra gente.

ATT: L.R.