No encuentro en mi memoria de insecto saltador la fecha en la que arribé a esta pradera creativa, sin embargo, sí he llegado a la conclusión de que debo emigrar de esta verde y fértil estancia a buscar nuevas hojas que roer y arbustillos sobre los que descansar. Por eso, ahora que media agosto se tercia preparar el hatillo, atármelo a la espalda y saltar en otra dirección.
Este año no ha llovido mucho. El sabor de las plantas de las que llevo alimentándome todo este tiempo ya empieza a aburrirme; algunas han provocado que hiciera agrios comentarios; otras me endulzaron demasiado; incluso algunas me obligaron a hacer ayuno debido a la indigestión que sufrí en algún caso. Por todos esos motivos me marcho, sumados a mi natural sed de nuevas aventuras.
No acostumbro a hacer demasiados balances cuando emprendo un nuevo viaje; simplemente me basta con saber que en el último lugar que estuve lo pasé bien; conseguí los nutrientes necesarios para seguir soñando; descubrí originales sensaciones y a otro tipo de habitantes en estas verdes estancias.
Y este último párrafo va para quienes han hecho posible con sus post que me riera solo ante la pantalla del ordenador; que me indignara; que descubriera nuevas cosas, sensaciones; que me ilustrara; que aprendiera… De verdad muchas gracias y hasta más ver… Allá donde vaya los seguiré leyendo.
Flip “el saltamontes”