ADIVINA QUIÉN SOY ESTA NOCHE
Yanira y Dylan se trasladan a Los Ángeles para organizar todos los preparativos de su boda. Allí las cosas se complican cuando una ex amante de él pierde los papeles y eso casi le cuesta la vida a la joven. Una vez recuperada, se casan y comienzan una vida pletórica y feliz. Ambos son dos fieras del sexo. Les gusta el morbo, la fantasía y experimentar cosas nuevas. Juntos inventan un juego llamado «Adivina quién soy esta noche», plagado de lujuria, posesión y sensaciones donde los límites los ponen ellos mismos.
Todo marcha a las mil maravillas, hasta que Yanira regresa a los escenarios. Lo que para ella es un sueño hecho realidad, para Dylan será el punto de partida de muchos problemas, desconfianzas, celos y rupturas que se multiplicarán con el malmeter de la prensa. Yanira y Dylan no podrán evitar que sus vidas se descontrolen de una manera que ninguno de ellos pudo nunca imaginar.
Habréis visto que no he incluido en esta reseña la sección "Novela" porque prácticamente todo lo que os puedo contar de esta segunda parte es lo que os conté en la reseña de Adivina quién soy, y como no me gusta repetirme como un loro, he preferido no volverlo a poner.
Me limitaré a contaros que este libro me ha resultado un poco más cargado de leer; no por el contenido ni por el estilo, sino porque llevo ya unas cuantas novelas (si no recuerdo mal, son 7 ya) de la autora, y creo que me he saturado un poco de su estilo, sus personajes y sus tramas. Sin embargo, no he podido dejar de apreciar que las relaciones siguen teniendo lazos muy fuertes, que el amor para esta autora es, me atrevo a decir, lo más importante en la vida, y que defiende a capa y espada que si dos personas se aman, lo que tienen que hacer es estar juntas. No importa nada, ni nadie, solo ellos dos.
Me resulta curioso que el patrón en los personajes es básicamente el mismo, aunque cambie la forma de conocerse y de manejar la relación de la pareja. Pero siempre o casi siempre está la chica que quiere cumplir su sueño, un chico rico que la ayuda a conseguirlo, una pareja homosexual (cuanto menos, es curioso), y la familia es también un componente muy fuerte, importante y predominante en sus novelas. Tanto la familia por parte de la chica, como por parte del chico, de la pareja en cuestión.
No sé qué más os puedo contar. El estilo de Megan Maxwell me sigue impresionando. Da igual que todas sus novelas sigan un patrón, que te creas o no el cuento de hadas (a veces no hay caminito de rosas...), que me va a seguir enganchando igual. Eso es lo que busco en una novela de este estilo: evasión y no pensar en nada más que en el amor y en la ilusión que hace compartir tu vida con otra persona.