Jean-Pierre Salgas: ¿Cuál es el lugar para el lector Quignard de los dos autores franceses que actualmente parecen constituir “el horizonte insuperable” del pensamiento literario de este país, Marcel Proust y Georges Perec?
Pascal Quignard: Perec, lo venero por su silencio, su manera de enterrar el secreto y dejarlo aflorar, de abordar el hueco vacío de su infancia sin pestañear. Tengo una reserva retórica para con él, pero admiro que escribiera directamente sobre el vacío, que en su caso era aterrador. ¿Proust? La obra no flota en el mismo vacío y el recuerdo del caso Dreyfus no es el mismo que el de los campos de Perec. Aunque tengo admiración por algunas de sus páginas feroces (la muerte de la abuela), o por su lado Chrétien de Troyes, una novela bretona en el bosque aventurero, encuentro que no es Chrétien de Troyes. No lo encuentro lo suficientemente fulminado, místico, brusco, si se prefiere. Es un escritor que no trata de cambiar de cuerpo. Cree en la verdad de su búsqueda y cree en la instalación del pasado. Es un escritor monoestilo y este monoestilo es un estilo muy modern’ style.
Pascal Quignard
Entrevista con Jean-Pierre Salgas
La Quinzaine Littéraire, noviembre de 1990
Traducción: Kim Nguyen Baraldi
Foto: Pascal Quignard