POR GUARDIANES DE LA MEMORIA
Días atrás hemos escuchado en alguna entrevista realizada en televisiones locales a un personaje, relevante dentro del mismo ámbito, mencionar repetidas veces el término ADN personalizándolo con el calificativo de “bético”.
El mensaje aparente de este acrónimo resulta claro y entendible para el colectivo al que va destinado si bien las palabras a las que representa no lleguen a ser conocidas por gran parte del mismo.
Pero claro hablar de un ADN común para determinado grupo en contraposición al resto y ahondando en lo que esto significa (mapa genético diferenciado) no deja de constituir un arriesgado ejercicio de irresponsabilidad conociendo “de qué está hecho el paño” de los receptores de la comunicación.
Para evitar estas posibles connotaciones, nosotros preferimos hablar de idiosincrasias, vocablo de larga duración pero sin duda más apropiado para lo que suponemos que se ha querido expresar.
Mucho se ha escrito y se ha debatido a lo largo de los tiempos sobre la forma de hacer las cosas en uno y otro club, las soluciones adoptadas en ambas entidades ante las vicisitudes deportivas que se han ido presentando, de la actitud mayoritaria adoptada por una y otra afición ante situaciones parecidas…; en suma, el conjunto de los rasgos, temperamento, carácter distintivo y propio es lo que conforma la idiosincrasia, en este caso, de las dos Sociedades deportivas de la ciudad de la gracia, a saber: la futbolística y la balompedista (por estricto orden de aparición).
Y dicho y hecho, para muestra un botón.
Lo que a continuación se exhibe proviene de un comunicado oficial emitido por la directiva del Betis Balompié publicada en el diario ABC el 13 de mayo de 1936.
La temporada 1935-36 recién terminada 24 días antes había deparado en primera división un 7º puesto para el R. B. Balompié
Continúa la nota con la siguiente denuncia
Resulta que hacen un llamamiento a los socios y simpatizantes béticos que según ellos mismos han permanecido sordos y a renglón seguido se quejan de la indiferencia con que se les trata en los medios deportivos sevillanos. Ininteligible si no fuera porque se empiezan a postular como damnificados de no se sabe bien qué causa.
Sin comentarios.
La nota no deja de ser toda una declaración de principios, de principios béticos que recogen el tremendismo y acendrado victimismo que jalonan la historia verdiblanca dejando constancia, al mismo tiempo, del grado de implicación y fidelidad de la sufrida afición.
No nos vamos a ir muy lejos en el tiempo, tan sólo tres temporadas antes y no vamos a cambiar de ciudad. En este caso asistimos en la Sociedad Económica a la Asamblea que celebra el Sevilla F.C. y cuyo desarrollo se publica en la prensa en esos primeros días de julio de 1.933.
Conviene tener presente la realidad de los equipos sevillanos al finalizar esta temporada. El Betis había debutado en primera división y obtuvo un quinto puesto en una liga de 10 equipos. El Sevilla F.C. continuaba en segunda división y este año terminó en la 9ª plaza de 10 equipos. Sólo quedó por delante del colista Castellón que no jugó los cuatro últimos partidos del campeonato adjudicándose los puntos sus rivales y fue el equipo descendido.
Ante esta situación, comienza la Asamblea:
Y de entrada ya asistieron varios centenares de socios.
“Se solicitó la colaboración de los socios, y la mayoría de ellos dieron elocuentes pruebas de amor al club, ofreciéndose para hacer los sacrificios que fueran necesarios. Se aprobaron varias cuotas extraordinarias.”
Una asamblea basada en la confianza, la flexibilidad y el cariño de los sevillistas hacia su Club.
Pero no se limitaba este despliegue de loables sentimientos al primer equipo de la entidad sino al Club en su conjunto, pues vean si no ésta encomiable iniciativa de los aficionados, tomada apenas tres días después, para premiar al equipo amateur que habían conseguido el subcampeonato de España
A partir de la observación de las situaciones reales descritas y cómo se gestionan por los colectivos afectados, todos podemos hacer nuestro propio análisis y descifrar los contenidos profundos de los A.D.N. y/o de las idiosincrasias, a secas.
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