La compañía empezó lanzando Adobe Marketing Cloud (AMC), siguió con Adobe Creative Cloud (ACC), y para terminar con el total compromiso de Adobe con los servicios gestionados desde la nube, ahora le toca el turno a Adobe Document Cloud (ADC). En el plazo de dos años ha dado un giro completo a su modelo de negocio, posicionándose como un proveedor de servicios integrales en la nube, y además, lograr la reducción de la piratería asociada a licencias físicas, las clásicas cajas que pronto desparecerán del punto de venta físico. Eso no quiere decir que un servicio en la nube no se pueda piratear, por supuesto, pero lo dificultará para el usuario medio. Con un modelo basado en el pago por subscripción mensual, las suites de Adobe se convierten en más accesibles para el usuario no profesional, con precios que rondan los 12 € al mes, en el caso de ACC. A pesar de ello, en su día, se iniciaron en change.org peticiones para que Adobe no obligase a sus clientes a subscribirse a este tipo de servicios, y siguiera vendiendo sus licencias de manera física. Adobe responde a sus clientes con varias razones, que según ellos, justifican este nuevo modelo de negocio.
Adobe ha definido Document Cloud como “una forma moderna de gestionar documentos en casa, en la oficina, y a través de diferentes plataformas”, y creen que es un servicio “para abordar la ineficiencia de los procesos asociados a la gestión de documentos”. Dirigido principalmente al sector empresarial, y con un propósito esencial de apostar por lugares de trabajo con menos papel, el lanzamiento va acompañado de interesantes ventajas, como la que supone su nuevo producto de firma electrónica. Cualquier persona que disponga de Document Cloud, podrá enviar un documento a otras personas, para que lo firmen utilizando el servicio de Echo Sign (compañía adquirida por Adobe en 2005). Como algunos creen, este nuevo lanzamiento de Adobe supone una bofetada a empresas como DocuSign.