«Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.» [Filipenses 4:12 ─ DHH]He aquí es el momento de tomar una decisión, ¿vamos a seguir a Jesús solo por los panes y los peces, o porqué es nuestra salvación? ¿Seguiremos condicionando nuestro amor por Dios? Pase lo que pase, amado Pueblo mío, yo voy a seguir dándole la Gloria a mi Dios. Y desde aquí, con el dolor que me aqueja del diario, mi corazón entona la canción, cuan grande es él, cuan grande es él.
Revista Comunicación
Con todo esto que me está pasando de ir de hospital a hospital estoy aprendiendo cosas valiosas, y una de ellas es cuan verdadera es mi fe en Dios. Cuan cierto es que me apasiona mi padre y que lo voy a adorar aun en la mas complicada de las situaciones. Puesto que muchas veces somos capaces de renegar contra Dios y alejarnos de ÉL porque no nos cumple cierto milagro o no nos da aquella bendición que esperamos.Mi experiencia como cristiano y como evangelista me ha llevado a conocer muchísimas personas que llorando en el altar dicen: 'Dios te juro que voy a servirte en las pruebas y en la bendición. Prometo que voy a alabarte en todo tiempo'. Más he sido testigo también que en el momento difícil le negaron y le hicieron a un lado.Te cuento que me ha pasado muchas veces. Me enteraba que alguien hablaba mal de mi o criticaba lo que hacia, y puff, venía abajo mi animo y ya no iba a la iglesia. Es más, la última vez que me aleje por un buen tiempo de Dios fue porque un pastor me difamó. No saben como me sentí. Y claro, uno en esos momentos en vez de darle a Dios su lugar, le da lugar al diablo y termina peor.Ahora me encuentro en una situación un tanto difícil. Dolores, una crujía en proceso, infecciones, y un Seguro Social que no es capaz de darme la atención que merezco como asegurado. Me siento cansado, adolorido, triste y desanimado. Miro al cielo mientras enjugo mis ojos de lagrimas y digo: ''Ayúdame Dios, que se haga tu voluntad''. ¿Pero cuantas veces hacemos nosotros eso? Decimos que se haga tu voluntad pero como yo quiero.Ciertamente muchos de nosotros hemos tomado a Dios como un Dios bombero. Solo cuando andamos en necesidad o problemas es que lo llamamos de urgencia. Y claro, hasta creemos que debe cumplir con todo lo que le pidamos. Que fácil se nos hace decir Gloria a Dios cuando estamos bien en todo. Cuando tenemos trabajo, comida y salud. En cambio, es de muy valientes y aguerridos cristianos seguir alabando a Dios aun cuando haya escasez.