"" puede interpretarse como correr, escapar, desplazarse. En todo caso Run viene a ser lo contrario a habitar un lugar fijo y lo opuesto a la estabilidad.
La estabilidad emocional, la madurez y la seguridad que da la firmeza de ocupar un lugar cómodo en la vida adulta, conforman un Jenga tambaleante que se pone sobre la mesa en esta serie de HBO.
Es la historia de Ruby y Billy dos ex-novios que habían concretado un romance en la pos adolescencia y que luego de 17 años se reencuentran para llevar a cabo su fantasía adolescente: dejar todo atrás y escapar para vivir una aventura juntos. Se trata de un "what if?" que concreta la fantasía típica de "qué pasa si dejo todo y me escapo con mi noviecito de la adolescencia?". Por supuesto, la gracia está en las consecuencias que la fantasía adolescente nunca tiene en cuenta; "ten cuidado con lo que deseas".
La serie juega con una mezcla rara de géneros: la comedia romántica, el thriller y las road movie. La fórmula demuestra como ciertos misterios y el transito por parajes inestables funcionan muy bien en relación a la seducción y a la búsqueda de una pasión de atractivo sexual que venga a darle un cimbronazo a una vida adulta de aburridos compromisos y responsabilidades.
La motivación de nuestros runners es reecontrarse con la inmadura pasión de antaño donde solo importaba el desenfreno y los despreocupados juegos de seducción. A medida que se va desenvolviendo la historia vemos cómo efectivamente logran su cometido pero su reencuentro con estadios previos de madurez no es del tipo que fueron a buscar sino que estos están más bien relacionados a sus grandes inseguridades. Como consecuencia las reacciones infantiles y el caer en momentos de angustia frente a ciertas situaciones por no saber cómo responder, están a la orden del día.
La trama se desenvuelve de modo misterioso y nos va llevando de a poco a descubrir las personalidades de nuestros protagonistas, sus vidas pasadas y presentes y qué los llevó a activar el mensaje de texto que lo desembocaría todo. Pero también la historia se va complejizando a medida que avanza, con enredos que son consecuencia de sus acciones impulsivas.
My run, run, run, run, runaway...
En definitiva se trata de una serie correcta en cada una de sus ejecuciones y en la qué (aunque resulta atractiva en cada visionado) cuesta encontrar un hit memorable o un ingrediente secreto que la vuelva imprescindible. Sí, la combinación de estos géneros cinematográficos no es habitual y emerge como el factor diferencial. Imagino que los aficionados a las comedias de pareja y aquellas personas que gusten de series en donde la trama se va develando muy de a poco pueden sentirse más atraídos por una propuesta como esta en donde no se sabe a simple vista hacía donde se va, pero donde también está claro que las pasiones están en constante movimiento.
Por Lautaro Olivera