Revista Cultura y Ocio

Adriana Lecouvreur (1)

Por Mei @gtltornt

Ayer se estrenó en el Gran Teatre del Liceu el que creo que será uno de los títulos más rendondos de la temporada: Adriana Lecouvreur. Salí satisfecha y contenta del teatro. Ya hacía falta un título así romper la línea de despropósitos de esta temporada que está siendo una de las más flojas que recuerdo.

La coproducción de David McVicar lo tiene todo para resultar atractiva. Tiene un vestuario estupendo en general. En cualquier caso la más favorecida es quien interpreta a Adriana, con unos vestidos preciosos para cada uno de los cuatro actos. Una producción así es imposible que disguste a nadie, al final sólo cosechó aplausos.

El reparto ha estado en consonancia con la producción, a pesar de que los protagonistas, Barbara Frittoli, como Adriana, y Roberto Alagna, como Maurizio, debutan en sus respectivos papeles.

Lo mejor que puede decirse de Barbara Frittoli es que apenas se notó que debutaba el papel. Tuvo frases con muchos detalles. En sus dúos con Alagna estuvieron muy conjuntados ambos.

Logró emocionarme en los momentos clave de la ópera, en el diálogo de Fedra del tercer acto y en el último acto. Algo que no cosiguió Angela Gheorghiu en la misma producción en la ROH que hizo una Adriana un tanto afectada. Estuvo más sutil que Ángeles Blancas, también en la misma producción. Su Adriana es más equilibrada y terrenal que la de éstas, más próxima quizá a la de Mirella Freni, quien fue la última en interpretarla en el GTL.

Roberto Alagna debutaba el papel de Maurizio. El cantante francés está en un momento de plenitud su voz corre, y cómo, aportando la franqueza de su canto al personaje. Más extrovertido y juvenil que el de Jonas Kaufmann en la misma producción en la que a pesar de tener grandes momentos y unas medias voces que me encantan, la verdad sea dicha.

Alagna está en una forma espléndida y mi recomendación es que no os lo perdáis. No me extraña que estuviera pletórico al acabar la función.

Joan Pons, como Michonet, y Dolora Zajick, como Princesa de Bouillon, aportaron su veteranía.

A Joan Pons se le nota el desgaste en la voz pero su presencia escénica y su manera de cantar, encontrando el tono exacto para cada una de las frases no tiene precio.

Dolora Zajick compuso una Princesa de Bouillon dominante, usó su potente y amplia voz para hacerla más perversa si cabe. Su Restate! del tercer acto es buena muestra de ello. Creo que este papel estará entre sus mejores interpretaciones en el GTL.

Giorgio Giuseppini, como Príncipe de Bouillon, y Francisco Vas, como Abate, cumplieron muy bien con sus papeles.

Destacar la presencia de la joven mezzosoprano Anna Alàs, como La Dongeville, con una aterciopelada voz. Menos convincente me pareció Estefanía Perdomo, como La Jouvenot.

La orquesta sonó muy bien bajo la batuta de Maurizio Benini. Pocos peros para él.

Ayer no es escuchó ningún abucheo al final de la función lo cual indica el grado de aceptación que tuvo la producción. Si no tenéis entrada ya estáis tardando en conseguir una. Quedan cinco funcionaes en las que podremos escuchar a la pareja Frittoli / Alagna.

Radio Clásica emite en directo Adriana Lecouvreur el próximo 22 de mayo a las 20h y Catalunya Música, también en directo, el 30 de mayo a las 20h.

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