- ¡Mamá, no pongas la radio....! - a mis hijos no les gusta oir hablar de la prima de riesgo por las mañanas, ¡qué cosas!
- ¿Y si os pongo música...?
Una de las paradojas que pueden ocurrir al invertir nuestro dinero es que si tienes un deseo intenso de ganar en bolsa, vas a perder. O al menos lo vas a tener más difícil.
¿Por qué? Porque el deseo focaliza en exceso. Es decir, nos centra en detalles pequeños, en el objetivo claro e intenso de ganar dinero, y no nos deja ver lo que hay alrededor.
Si no te lo crees, observa esta imagen:
¿quien es? Albert Einstein, ¿no?
Su bigote, su mirada inteligente, su rostro inconfundible.. ¿seguro?
Te estás fijando mucho en los detalles. Abre el campo, no focalices tanto: alejate unos metros de la pantalla, o si prefieres, mira la misma imagen más pequeña:
clic para alejarte de Einstein
Asi como Einstein se convierte en Marilyn cuando vemos con menos detalle la foto, la imagen de la bolsa es diferente dependiendo de la cantidad de detalles que percibamos.
Probablemente este rasgo mental viene heredado de nuestro pasado como cazadores.
Cuando el cazador siente hambre y tiene urgencia por cazar, todos sus sentidos están focalizados: la mirada atenta a cualquier movimiento, los oidos pendientes de cualquier sonido, relamiendose de los beneficios si captura la preciada presa.. la gacela.. ¿o el BBVA?En ese momento, se ignoran por completo detalles irrelevantes que no tengan que ver con la caza. Solo existe la presa, y cualquier movimiento que haga, confirmará nuestro deseo y nos lanzaremos.
Esto, que en términos de supervivencia sea probablemente muy beneficioso, en terminos de inversión en bolsa, puede ser desastroso. La urgencia por ganar hará que cualquier información que recibamos confirme nuestra opinión de que es una buena compra, y nos lancemos a la caza con poca información. E ignoraremos lo que no nos confirme.
Es el sesgo de confirmación, y es malo. Lo deseable es precisamente lo contrario: tener nuestra mente abierta a muchos aspectos de la inversión, incluyendo aspectos fundamentales de la empresa a comprar, aspectos chartistas, y de momento bursátil.
Cuando recibimos mucha información sobre una posible compra, corremos también el riesgo de no ser capaces de digerirla correctamente. Pero si lo conseguimos, si sabemos asignar un peso relativo a cada dato recibido sin bloquearnos, nos vamos a equivocar con mucha menor frecuencia.
Sabiendo que lo que voy a poner en el CD les va a gustar, me hago la interesante... es que las mamás cuando nos ponemos...
Meto el CD y busco la canción, no puedo poner la primera (de momento...) porque no la van a reconocer, busco una que ya han escuchado pero no en el coche, más concretamente la escucharon en un teatro, no tengo muy claro que la reconozcan.
Suena ya el tema... y ¡¡sí, la reconocen!!
- ¡Anda! ¡Es la del teatro! - el peque-mayor ha sacado el oído de la madre... bueno y el del padre que por algo hizo música en su juventud...
- ¡Exacto! ¿os acordais?
Los dos asienten con la cabeza...
El traslado al cole dura exactamente una canción y media, las dos son de la banda sonora de la obra de teatro infantil "La Ratita Lola" una obra de teatro que tuvimos la suerte de ir a ver gracias a la compañía "La Ratonera Teatro" que mediante una promoción nos facilitó las entradas para que los cuatro pudieramos disfrutar con las aventuras y desventuras de esta ratita tan valiente como tierna.
En su momento ya os conté lo que nos pareció esta obra AQUI podeis volver a leer el post.
Ahora os hablo de la banda sonora, de la música, de las canciones que forman parte de las historias, de los ritmos, de los tempos, de las rimas, de la magia de la poesía... ¡¡nos encanta!!
La escuchamos desde que llegó a nuestro buzón.
Este blog nos ha traido muchas cosas buenas (algunas algo menos pero.. esas no cuentan) y algunas de esas cosas buenas han sido sin duda los regalos... sí, nos encanta que los nuevos amigos nos regalen cosas y en este caso, los nuevos amigos "ratoniles" nos regalaron este tercer volumen de música de sus obras de teatro.
¡Muchas, muchas, muchas gracias!
La música hace que recordemos a Lola volando, a Lola recorriendo las calles, a Lola escapando del "gatuelo", a Lola con su amigo Manolito....
Lola nos acompaPor otro lado, tampoco tengas miedo.
Al igual que el ansia del que quiere ganar, el miedo del piensa que va a perder su dinero, también nos focaliza en exceso. En este caso, nuestra atención se centra en huir. En vender rápido nuestra inversión.
Y al igual que antes, este atención excesiva puede hacernos perder de vista muchos detalles relevantes, y vender demasiado pronto.
El inversor probabilístico.
¿Cual es pues la manera correcta de afrontar nuestras inversiones?: centrarnos en el análisis de las posibles compras.
Y eso será más sencillo si no estás deseando comprar, ni necesitas ganar, ni te importa un pimiento entrar o no en esa acción de la que todo el mundo habla.
Como decía Eric Bana en la pelicula Lucky you, “El dinero es el tanteo”. Hay que focalizarse en nuestro método, no en ganar en bolsa, no en el dinero.
Por que tras el análisis, llega el conocimiento: la probabilidad que tenemos de ganar.
Y saber nuestras probabilidades es saber mucho.
En términos generales, la probabilidad de obtener beneficio en una compra venta de acciones es del 30% al 40%. Es decir, es fácil tener hasta un 70% de posibilidades de perder en una compra.
Esa cifra es un promedio, claro; depende del sistema usado:
si buscas fuertes beneficios con una compra venta, probablemente tu porcentaje de aciertos va a ser muy bajo, del 30% o incluso menos. Si te conformas con ganar poco en cada compra venta, el % de aciertos puede ser alto, del 60% o incluso más.
Pero no importa demasiado el % de aciertos, puedes ganar en bolsa con alto % o con bajo % de aciertos, en función del beneficio promedio y de la pérdida promedio.
Pero lo interesante de saber nuestras probabilidades es que nos permite distanciarnos de las compras irreflexivas. Si sabes que en promedio aciertas sólo 4, o 3, de cada 10 compras, te lo piensa dos veces antes de lanzarte.
Una aproximación mental correcta al complejo mundo de la bolsa, y sus fuertes vaivenes emocionales, puede ser la clave para sobrevivir.