El proyecto semillas ha sido evaluado sobre poblaciones de
Perdiz roja o común.
Un buen número de personas del medio rural, buenos conocedores de nuestro medio natural, expresan sin atisbo de duda que cada vez hay menos animales en el campo. Dicen que antes se cazaba con cepos todo tipo de aves y conejos, se utilizaba la liga, las losetas y un sinfín de métodos que hoy han caído en desuso y están prohibidos. Pese a ello, siempre volvían a casa con el morral lleno, una importante fuente de recursos en épocas en las que era difícil llevarse a la boca un pedazo de carne si no era a través de la caza. Hoy, muchos de ellos cazadores, dicen que salen a cazar y son muchos los días que vuelven con las manos vacías. Pese a las restrictivas normativas en materia de protección de la naturaleza, dicen, los animales desaparecen de manera alarmante. Este descenso poblacional, cuando afecta a fauna cinegética, como el conejo o la perdiz, acarrea un problema añadido para otras especies. Desde algunos sectores de cazadores suele achacarse este descenso a predadores como el Zorro, llevando aparejado un afán de exterminio contra este. Así, es perseguido con todo tipo de medios, incluyendo en ocasiones el uso indiscriminado de venenos en el medio, lo que conlleva a la muerte de un gran número de especies, muchas de ellas amenazadas. Diversos estudios han demostrado que esta afirmación contra el Zorro carece de cualquier fundamento, entonces, ¿Qué es lo que está pasando? Aunque no parece que haya una sola causa que explique la desaparición y el descenso poblacional de algunas especies, es más que evidente, y así está contrastado en diferentes estudios, que la intensificación agrícola, la tan proclamada modernización de regadíos, la disminución de recursos alimenticios y la pérdida de zonas de cría y refugio son algunas de las principales causas. Pero un factor, asociado a la agricultura, y con una incidencia todavía poco cuantificada es el uso de productos fitosanitarios y plaguicidas.
La Tórtola común ha visto reducir sus efectivos de manera dramática en los últmos años, sin conocer todavía sus causas. Desde algunos colectivos conservacionistas, e incluso de cazadores, se está pidiendo una moratoria que la excluya como especie cinegética.
Los productos fitosanitarios en la agricultura.Durante el periodo de siembra del cereal, en otoño, las aves presentes en ambientes agrícolas suelen consumir las semillas que durante la siembra no quedan suficientemente enterradas o bien quedan depositadas accidentalmente en caminos y cunetas. Dada la escasez de recursos alimenticios durante esta época del año, las semillas de siembra pueden constituir un porcentaje muy elevado en la dieta de un gran número de especies granívoras.
Semillas de cebada tratadas con fungicidas y esparcidas por un camino rural, disponibles para todo tipo de aves granívoras.
Las semillas de cereal que se utilizan en la siembra, las conocidas como "semillas certificadas", contienen ingredientes químicos de protección que aseguran su futuro en la tierra y repelen a numerosos hongos, parásitos, insectos y animales susceptibles de comérselas.Hasta ahora, el efecto que estos fungicidas e insecticidas tienen sobre las perdices y otras aves agrícolas era prácticamente desconocido. Un estudio pretende poner luz a este problema y arrojar datos cuantitativos del problema que suponen los productos fitosanitarios utilizados en la agricultura sobre las aves granívoras.
El proyecto semillas.El proyecto “Identificación y cuantificación de los efectos de los plaguicidas agrícolas en la perdiz roja en España – Proyecto semillas, inicialmente de un año de duración aunque abarcará tres años, ha sido realizado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (CSIC-UCLM-JCCM), financiado por la Fundación para el Estudio y Defensa de la Caza (FEDENCA) y la Oficina Nacional de la Caza, contando con la participación de la Fundación Biodiversidad.Este estudio pretende analizar ocho compuestos utilizados habitualmente para el tratamiento de semillas de cereal (avena, cebada, maíz y trigo). En esta primera fase se han analizado cinco compuestos; Difenoconazol, Maneb, Tiram, Imidaclorprid yPiretrinas, utilizados en diferentes dosis sobre diferentes grupos de perdices. Se realizaron dos experimentos diferentes en los que se analizaron diferentes parámetros como el porcentaje de mortalidad, datos biométricos, hematocritos, metabolismo antioxidante, respuesta inmune específica o reproducción, entre otros.
El Gorrión común ha visto reducir sus efectivos en
zonas agrícolas, sin evaluar sus causas.
Según los datos parciales obtenidos, los efectos que provocan los compuestos analizados son especialmente importantes, sobre todo por la elevada mortandad de perdices y los efectos subletales producidos en aquellos ejemplares que sobreviven a los fitosanitarios. Estos efectos subletales consisten en la perdida de masa corporal y la debilidad en la respuesta autoinmune a otras enfermedades. La reproducción se ve afectada igualmente, con una menor tasa de puestas, huevos de menor tamaño y un menor porcentaje de supervivencia de los pollos. A corto y medio plazo, los pollos nacidos de ejemplares que habían consumido semillas tratadas con insecticidas agrícolas experimentan una importante reducción del crecimiento, llevando aparejada una alta tasa de mortalidad.
Algunos de los productos empleados, utilizando las dosis recomendadas para el tratamiento de las semillas, produjo el 100% de mortalidad en los ejemplares de la muestra utilizada para el estudio. Efectos similares es de suponer que producen otros plaguicidas de los 19 compuestos reconocidos por el MARM en el tratamiento de semillas de cereal.
El triguero es otra de las especies granívoras presente
en los cultivos agrícolas de Aragón y que puede verse
afectado por los plaguicidas agrícolas.
Tras estos primeros datos, Fedenca y las federaciones de caza solicitarán al Ministerio de Medio Rural y Marino que controle el uso de todos estos productos fitosanitarios de especial agresividad para las aves granívoras, poniendo especial énfasis en la Perdiz Roja aunque, sin ninguna duda, esta afección repercute a un elevado número de especies. A estas especies habría que sumar todas esas otras que incluyen en su dieta alimenticia a animales granívoros. No tenemos constancia de que se haya realizado algún estudio que aporte datos sobre su posible afección, que seguro que la tiene.En el seno de la FAC han acogido con preocupación los datos de este estudio, que evidencia el impacto de la agricultura sobre el medio ambiente y su cada vez menor sostenibilidad, afectando directamente al desarrollo de especies naturales de gran valor en la península.