Afecto ficción

Me gusta mucho la película El indomable Will Hunting, una de esas que aguantan un segundo, tercer y enésimo visionado, que es a lo que nos empuja la calidad del cine actual. Ese chico violento e inadaptado que no soporta el rechazo, con una capacidad sobrehumana para entender la ciencia y las matemáticas.

Les dieron el oscar al mejor guión original escrito a medias por Ben Affleck, a quien expulsaron del casino el otro día por contar cartas, ganador de más de un torneo de poker, aclamado director de cine, guapo sosete… y Matt Damon, haciendo su presentación en el cine, por lo menos en lo que a mí respecta. Espléndidamente acompañados por el gran Robin Williams y un excelente reparto. Si no la has visto ya estás tardando.Hay, sin embargo, una escena que me viene estos días a la cabeza. Aquella en la que el amigo del genio le dice que sueña con la mañana en la que vaya a buscarle como siempre a su casa y no le encuentre. Lo que significará que se habrá animado a buscar o intentar un destino más acorde con sus capacidades, la liberación del yugo que genera el miedo, la soledad, las dudas, la comodidad, la rutina y tantos apegos vitales.En línea con eso el día de su cumpleaños le regalan un coche destartalado pero suficiente para poder desplazarse.
Que quien te quiera te anime, incluso te ayude a irte de su lado, eso queridos es auténtica ciencia ficción y no la guerra de las Galaxias.