Fátima Casaseca se adentra en el mundo de los afectos de los personajes y sus lectores
Por: Tania Baeza
Empecemos conociendo cómo nació la idea que dio vida a Afectos secundarios.
Quería explorar más a fondo el tema de los encuentros accidentales y los prejuicios, para bien y para mal, que tenemos todos, por muy abiertos y tolerantes que nos consideremos. Y no sólo entre los personajes de la novela. El propio lector, nada más empezar, se tiene que enfrentar a una cuestión complicada, rodeada de tabúes, y entrar en la historia condicionado por lo que piensa sobre el tema.
¿Qué le gustaría que sientan o piensen los lectores al acabar su novela?
Me gustaría que cerrasen el libro con buen sabor de boca, por supuesto.
Las protagonistas son 4 mujeres que representan distintos grupos sociales, que coinciden en una clínica abortista. ¿Qué decidió representar a tantos tipos de mujeres?
La intención era explorar hasta qué punto esas diferencias son importantes a la hora de la verdad. Entre ellas hay algunas muy privilegiadas y otras que, por sus circunstancias, han sufrido más, pero aquella experiencia común, tan íntima y tan desagradable, las iguala, las pone al mismo nivel. Y eso era algo que quería destacar.
Ahora toca la típica pregunta sobre la personalidad de los personajes, ¿alguna de ellas está inspirada en sus experiencias?
Todos los personajes, hasta los secundarios, tienen algo de mí. Lo bueno de la ficción es justamente eso, que te permite (y te obliga a) explorarte muy a fondo.
Su obra desmiente la creencia popular de que las mujeres no pueden ser amigas, solo rivales. ¿Qué tipo de relaciones se crean entre sus protagonistas?
Bueno, no estoy de acuerdo con esa creencia popular. Las mujeres siempre han sido buenas amigas, lo que no quita que puedan competir entre ellas, por supuesto, igual que los hombres. Lo que ocurre con mis protagonistas, sin embargo, no tienen tanto que ver con la amistad como solemos entenderla, sino más bien con el compañerismo.
Hemos dicho que las protagonistas son distintas, pero también son distintas las relaciones sentimentales que tienen con unos hombres con perfiles variados. ¿Qué tuvo en cuenta a la hora de crear este tipo de relaciones? ¿Se planteó algún objetivo?
La gente se comporta de manera diferente según la circunstancia y la persona que tenga delante. Me pareció importante mostrar otra de sus caras. Los hombres, en este caso, amplían y matizan lo que vemos de ellas. Nos muestran de dónde vienen y cómo se comportan en otro tipo de intimidad.
Además de los temas de actualidad, como el feminismo, el debate sobre el aborto o el veganismo, también hay espacio para los temas de siempre: la amistad, la ambientación laboral… ¿Qué fue lo más complicado de componer una historia con tantas aristas temáticas?
Lo más complicado fue encontrar el punto de equilibrio entre todos esos temas, no dejar que uno en concreto se apoderase de la historia y, sobre todo, tratarlos desde varios puntos de vista, sin intentar imponer mi visión al lector. No es una historia que pretenda dar lecciones.
Ahora que sabemos un poco sobre su obra, ¿qué nos puede contar de sus lectores? ¿A qué tipo de lector se imagina disfrutando de su obra?
Mi editora me dijo que, una de las cosas que más le gustaba de la novela, es que cualquiera de los personajes podría leerla y disfrutarla. Imagino que cada lector encontrará algo diferente que destacar, pero me gusta esa idea de que cualquiera pueda acercarse a ella y leerla.
Suponemos que ha tenido ya las primeras opiniones de los lectores, ¿qué destaca de esos comentarios?
Lo que más se ha destacado es la credibilidad de diferentes voces y el realismo de los diálogos. Es lo que más quebraderos de cabeza me ha traído, en lo que más he tenido que trabajar, así que estoy muy contenta de la acogida que está teniendo en ese sentido.
En la era de las redes sociales, si alguno de nuestros lectores quisiera contactar con usted, ¿cómo podría hacerlo?
Estoy en todas las redes sociales, claro, pero no suelo participar demasiado. Aun así, procuro contestar siempre.
Las redes sociales de las que hablamos son una vía de comunicación de los lectores con los escritores, pero también a la inversa. ¿Qué papel tienen estas en la promoción de su obra?
Dicen que la mejor promoción es siempre el boca a boca. Las redes sociales amplían el alcance de las opiniones de los lectores, así que, por supuesto, ayudan mucho.
Hablando de la promoción, ¿cómo se plantea esta tarea, considerada por muchos escritores como las más tediosa?
En mi caso, tengo que decir que, aunque me guste mucho ver que el libro despierta interés y gusta, soy muy tímida y me cuesta mucho hablar de mi trabajo. Prefiero las entrevistas por escrito, me siento menos expuesta, pero entiendo que es importante. Lo que sí me gusta, en cambio, son las firmas, porque la relación con el lector es más íntima y personal.
Para acabar nos gustaría saber qué tipo de lecturas elige Fátima Casaseca.
Leo de todo, pero sobre todo me gusta la ficción contemporánea y la novela negra.
¿Tiene autores o libros de cabecera?
Uf, demasiados…
¿Esos autores han servido de inspiración o han influido en su obra de alguna manera?
Sí, por supuesto. Aun así, creo que lo más importante es encontrar tu propia voz y disfrutar de las lecturas que te gustan sin sentir frustración porque crees que nunca vas a poder escribir así.
Por último, ¿qué libro recomienda a quienes están leyendo esta entrevista?
Yo les recomiendo que lean lo que les gusta y les apetezca, pero hay un libro que pasó algo desapercibido en su momento y que a mí, personalmente, me gustó muchísimo. Caos calmo, de Sandro Veronesi.