Revista Salud y Bienestar
Una de las consecuencias de la sanidad industrial de los países es el progresivo deterioro del encuentro clínico. La sobrecarga de los profesionales de la salud con hiperburocracia o saturación de agendas, los sistemas de información mal diseñados, las múltiples interrupciones, la prisa, las esperas, la mala coordinación entre niveles...
Estamos en una pendiente resbaladiza a la que se le está restando financiación, lo que aumenta el desnivel.
Apunto cuatro consecuencias:
1. Aumento del sobrediagnóstico y el sobretratamiento en los que reciben asistencia (más yatrogenia y problemas de seguridad del paciente).
2. Aumento de las desigualdades en salud
3. Aumento de la sobrecarga y el queme profesional en los sanitarios.
4. Aumento del gasto por sobreuso y mala gestión.
Abogo por desindustrializar los cuidados. Eso precisará:
1. Conciencia social y uso mejorado del sistema sanitario.
2. Mejor gestión y finaciación del mismo.
3. Protección del profesional de la salud para que pueda trabajar con seguridad y sin sobrecarga.
4. Responsabilización del ciudadano de su salud y enfermedad.