Solvencia moral
En una sociedad donde todos fuesen escrupulosamente honestos, tendría uno que serlo en el mismo grado que los demás para poder tener cierta solvencia moral; pero tal no es el caso. Quien más quien menos, en mayor o menor medida, todos jugamos con las cartas marcadas. De modo que, en esta sociedad real, para tener solvencia moral basta con estar entre los menos deshonestos.
La ubicuidad
Esta cualidad, atribuida a los dioses, me resulta cuando menos sospechosa. Y es que ese “estar simultáneamente en todas partes” implica, o encierra, una noción espacial que, en principio, me resulta incongruente con la naturaleza “aespacial” de aquéllos; aespacial en el sentido de que, supuestamente, no ocupan lugar alguno en el universo que nosotros entendemos (y, claro, sobre el que no entendemos caben tantas conjeturas que todo lo que se diga es patochada). ¿Cómo un concepto aespacial puede ser ubicuo, cuando tal vez su única dimensión sea el tiempo?
Consistencia
Los hechos siempre son consistentes. El relato que de ellos se hace, con frecuencia no lo es.
Génesis
“Nadie que haya sido testigo de la violencia de un volcán puede ser tan inocente como para creer en un planeta Tierra plácido e inmutable, en la continuidad de nuestra historia, ni en el inevitable progreso de nuestras civilizaciones.”
El oropel de neón
¿Habrá alguna nación, algún pueblo, alguna ciudad que tenga la decencia de sustraerse voluntariamente al vulgar recurso, al alienante reclamo, a la ruidosa e insulsa moda, hortera, despersonalizadora e idiotizante, de las pantallas gigantes y los anuncios luminosos? ¿Que se hizo de la originalidad y el buen gusto? ¿Qué de la discreción y la diversidad? El capitalismo y el consumo, ¿no conocen disidentes? ¿Nadie sabe despreciar, rechazar la ofensiva audiovisual? ¿Hemos sucumbido todos, como los antiguos indígenas, al brillo falso de la bisutería y el oropel?
¡Necesito un mundo nuevo!
Dioses y hombres
Los hombres no son sino animales disfrazados de dioses.
Pena de muerte
“Pena de muerte” es una contradicción en los términos. Uno no puede ser castigado con la muerte, porque cuando uno es, la muerte no es, y cuando la muerte es, uno ya no es. Uno cólo puede ser castigado con el anuncio de la muerte.
Artistas
Hay dos tipos puros de artistas: los que crean a base de trabajo y disciplina, y los que crean al dictado de la musa. Los segundos no tienen mucho mérito y los primeros no tienen mucho encanto. Por suerte, la mayor parte de los artistas son un término medio.
Riesgo
La vida es puro riesgo. A menos que estés dispuesto a afrontar la muerte, no podrás disfrutar bien de la vida.
Nunca olvides esto.
Hazard
Y sabes cómo es la esperanza, ¿verdad? Testaruda e irracional; sorda a las razones, ciega a la evidencia, impasible a la lógica y el sentido común. La esperanza no la dicta el cerebro, sino que surge del corazón y, como un náufrago, se aferra a cualquier objeto; y así, para alimentar nuestras débiles y hambrientas esperanzas, usamos cada pequeño detalle, cada insignificante hecho que pueda sugerir hasta el más débil cumplimiento de nuestros deseos…
Muertos suicidados
El suicidio no versa, en realidad, sobre matarse a uno mismo.
Cuando piensas en él, tu espíritu–lo que realmente eres tú mismo–ya está prácticamente muerto; y no es posible matar lo que ya no vive.
El suicidio trata, más bien, de evitar la resurrección.
O dicho de otra forma: el hombre que decide quitarse la vida, ha muerto ya, al menos espiritualmente, antes de llevar a cabo su idea. Con el suicidio, no es tanto su muerte lo busca, sino, más bien, asegurarse la no resurrección.
Sueños de futuro
Dentro de un millón de años (una insignificancia en términos de historia cósmica) no habrá la menor traza de la humanidad en el Universo, que seguirá caminando inexorablemente, al parecer, hacia la total entropía para siempre jamás, por toda la eternidad. ¡Qué pensamiento más inquietante, Dios mío!
Y aun así nos sentimos tan importantes, ¡y todavía creemos que podemos permitirnos perder nuestro tiempo soñando con el futuro!
Juventud
La juventud es una bendición envenenada: nos impide aprender la lección más cara de nuestra vida: el incalculable valor del tiempo.
Abiertos de mente
No parece muy abierto el querer tratar sólo con gente abierta. Al contrario, demuestra más bien intolerancia.
(Marcin Friedrich.)
Perfección
Si alguna vez has pensado en conseguir el marido perfecto, deberías preguntarte si tú podrías ser la esposa perfecta.
Y si crees que podrías ser la esposa perfecta… ¡entonces nunca conseguirás un marido!
Supongo que esto funciona también viceversa.
Miedo a la felicidad
Un día comprendí, no con poca sorpresa, que algunas personas tienen miedo, sencillamente… ¡de ser felices!
Encontrarse a uno mismo
He pasado la mitad de mi vida tratando de buscarme a mí mismo, y cuando por fin me he encontrado, me he horrorizado al comprender que lo que estaba contemplando era mi propia nada.
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