Revista Libros

Afrodita - Isabel Allende

Publicado el 22 diciembre 2012 por Esperanza Redondo Morales @esperedondo
Afrodita - Isabel AllendeEdición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Plaza & Janés, 1997
Descripción física: 326 p.: il. col.; 20 cm.
CDU: 615.256.22
Signatura: N ALL afr
Precio: 13 euros en la Casa del Libro
PARA CHUPARSE... TAMBIÉN LOS DEDOS
Creo recordar que este libro me tocó en suerte en una de las reuniones de amigas que suelo hacer habitualmente, allá por el mes de abril. Con motivo del día del libro hicimos el amigo invisible, pero hubo quien trajo más libros de la cuenta para repartirlos, y me quedé con este. Hacía siglos además que no leía nada de Isabel Allende, y me habían hablado bastante bien de Afrodita así que me animé con él.
Contenido. Recetas para todos los gustos
El nombre del libro no podía ser más acertado, ya que habla de afrodisiacos, y esta palabra tiene su origen en Afrodita, la diosa griega que simboliza el amor y la sexualidad, entre otras cosas. Así, nos encontramos ante un libro en el que descubriremos todo tipo de recetas que supuestamente avivarán nuestros sentidos; ya sabemos, independientemente de que nos lo creamos o no, que algunos alimentos están muy ligados al deseo amoroso. Lo bueno es que la autora nos presentará todo tipo de platos, para casi todas las situaciones habidas y por haber, y además los ingredientes que nos propone son bastante sencillos; no encontraremos cosas raras como piel de serpiente, orejas de murciélago, sangre de unicornio ni nada que se le parezca, sino que todo se hará a base de ingredientes perfectamente normales.
En el prólogo de la novela (concretamente en un apartado que se titula Apología de los culpables, en el que nos habla de las personas que han participado con Isabel Allende en la elaboración de este libro) la autora nos cuenta, curiosamente, que no esperaba que Afrodita viera la luz, porque simplemente se dedicó a recopilar recetas con motivo de unos sueños de lo más surrealista que estuvo teniendo durante una temporada; en ellos, o bien se bañaba en arroz con leche, o bien se comía a Antonio Banderas, u otras cosas que cuando se las contaba a su madre, ésta le recomendó empezar a visitar a un psiquiatra...
En cuanto a los "culpables", son Robert Shekter, un suizo, encargado de las ilustraciones del libro, al que la autora conoció en una librería, y en el que dice que se fijó porque le recordaba a su abuelo; Panchita Llona, la madre de Isabel Allende y que es según ella la mejor cocinera que conoce, con una habilidad especial para mezclar ingredientes y darles cada vez un toque distinto; y por último Carmen Balcells, agente literaria de la autora, que puso el grito en el cielo cuando la autora le explicó su idea de escribir un libro semejante.
El libro está dividido, o así al menos lo he considerado yo, en dos grandes apartados (aparte del prólogo, claro). Uno de ellos es una especie de introducción a los afrodisiacos, en el que se nos hablará de la relación entre la alimentación y el sexo. Descubriremos también cosas sobre los aromas y los perfumes, la etiqueta en la mesa, el sentido del gusto, las diferentes hierbas y especias, las orgías (aquí se incluyen varios guisos especiales para este tipo de evento), el erotismo, los susurros, los alimentos procedentes del mar, los huevos, los frutos prohibidos, los quesos, el vino y los licores, los filtros de amor (que no podían faltar en un libro de estas características), el lenguaje de las flores, las verduras afrodisiacas (esto supongo que a los vegetarianos les vendrá fenomenal)... Todo ello aderezado con historias de lo más interesantes y curiosas, además de muy divertidas en algunos casos.
El siguiente apartado son las recetas propiamente dichas, que según indica textualmente la autora son de Panchita (con comentarios míos). Aquí, encontraremos los contenidos organizados según esta estructura:
  • salsas y otros fluidos esenciales,
  • hours d'oeuvres,
  • sopas,
  • entradas,
  • platos principales, y
  • postres.
En cada una de estas secciones, encontraremos una pequeña introducción y después una lista de recetas, con los ingredientes necesarios para elaborarlas, algunas notas curiosas sobre el origen de cada receta, qué propiedades tienen sus ingredientes y cómo deben cocinarse para conseguir el efecto deseado. Y por supuesto, las ilustraciones de Robert que acompañan a la práctica totalidad del libro.
Mis impresiones
Una de las cosas que más me ha gustado del libro es la naturalidad con la que la autora habla de sexo; nada de mojigaterías sino todo lo contrario. Y de hecho, al leerlo e imaginarme algunas de las situaciones que nos describe, en más de una ocasión se me ha escapado una carcajada. Claro que cuando uno llega a cierta edad y tiene experiencia en la vida, no necesita tener que escandalizarse con ciertas cosas ni preocuparse del qué dirán. De hecho, Isabel Allende cuenta claramente que durante la redacción de este libro se dedicó a probar las recetas con casi todos los miembros de la familia, utilizándolos de conejillos de Indias...
Lógicamente, no estamos ante un libro con una estructura y unos personajes definidos, como en cualquier historia "normal", aunque podríamos decir que los protagonistas son tanto la autora como los culpables, como ella los llama, de haber hecho que el libro saliera a la luz; ya mencionaba antes que ellos mismos y algunos miembros de la familia experimentaron con las recetas, no sólo a la hora de prepararlas sino también de observar sus efectos, o al menos eso es lo que nos cuenta la autora. Y supongo que lo dirá en serio, porque según ella misma afirma en el prólogo del libro, la mayoría de sus recuerdos están asociados a los sentidos y hasta se arrepiente de las veces en las que se ha puesto a dieta, ha rechazado un plato aparentemente delicioso o ha dejado pasar la oportunidad de hacer el amor por ocuparse de tareas que tenía pendientes...
Vamos, que en el libro nos deja claro clarísimo que hay que dejarse de tonterías y disfrutar lo más posible de la vida, por supuesto incluyendo sobre todo los placeres de la carne. Ella misma confiesa que nunca ha sido una cocinera especialmente buena, y por eso ha incluido a Panchita como la principal "perpetradora" de las recetas que están incluidas en el libro; por supuesto ella les ha dado el toque de su pluma, incluyendo anécdotas, curiosidades y todo tipo de historias relacionadas con los alimentos. No he leído todas las novelas de Isabel Allende, pero sí unas cuantas, y en este caso estamos ante una bastante diferente al resto, más original también. Ya me pasó lo mismo cuando leí hace tiempo Placeres reales, de Toti Martínez de Lezea, que también está lleno de anécdotas relacionadas con el sexo y la comida; aunque en el caso de Afrodita el libro es más largo y las anécdotas son más numerosas.
Conclusión
Hacía siglos que había oído hablar de este libro, y creo recordar que una de las personas que me había hablado de él fue mi hermana, porque en la época en la que vivía en Canadá le solíamos enviar libros en español y este fue uno de ellos; y me dijo que le había gustado bastante, y que además se había reído mucho leyéndolo. A mí me ha pasado lo mismo, que con algunos fragmentos me he reído bastante y he soltado alguna que otra carcajada; total, en el transporte público se ven tantas cosas raras que no creo que nadie se escandalice por ver a alguien partirse de risa...
Si lo que te interesa es lo puramente anecdótico, seguramente podrás pasar de las recetas y leerte directamente la primera parte del libro, que es donde más historias y curiosidades se nos cuentan; claro que corres el riesgo de saltarte algunas de ellas que están contadas en el apartado de las recetas... Y si además de las anécdotas te interesa también la parte culinaria, seguro que disfrutarás un montón leyendo este libro. Independientemente de que, como decía al principio, haya quien considere a Allende una mala escritora, creo que el libro está escrito de una forma muy amena, al leerlo conoceremos historias de las que seguramente no habíamos oído hablar, nos reíremos con las ocurrencias de la autora, y encima tendremos ocasión de aprender recetas nuevas. No se puede pedir más, ¿no?
De momento no he tenido ocasión de ponerme a experimentar ninguna de las recetas que aparecen en el libro, aunque por ejemplo me muero de ganas de probar especialmente el arroz con leche del consuelo espiritual, que sólo con ese nombre ya pinta estupendamente. Si un día de estos me animo a meterme entre fogones para probar a hacer algo, espero que los experimentos den buenos resultados; y ahora que caigo, estoy casi segura de que más de una de mis amigas, al leer esta reseña, pensará en una ocasión muy concreta, dentro de aproximadamente un par de meses, en la que podré tener una oportunidad de oro para ponerme manos a la obra y probar a hacer alguna de estas recetas...

Volver a la Portada de Logo Paperblog