El pueblo luango te llora.
Tu ausencia será notoria.
Habrás ganado la gloria
de gesta libertadora.
La reina recibe ahora
a su creyente más fiel.
África llevas en la piel
de la sirena, mi amigo.
Nosotros fuimos testigos
De tu grandeza, Gabriel.
Eva Daza
Tambor y canto
29/01/2024.- Conocí a Gabriel López Landínez hace poco más de una década. Gabriel es —porque sigue entre nosotros y nosotras— un joven que cada minuto de su vida lo dedicó a vindicar los derechos afrodescendientes, desde su población natal, Agua Negra del municipio Veroes, hasta la concreción de políticas públicas para la población afrovenezolana en general. En especial, trabajó para la juventud, mediante la Coordinación Nacional en la cartera de Deportes y Juventud del Ejecutivo nacional y la creación del Frente Juvenil José Leonardo Chirino.
Recuerdo con entusiasmo cómo Gabriel abrazaba cada expresión de la afrovenezolanidad y con mucha entereza nos apoyó a todos sin hacer ningún tipo de distinción. Por el contrario, en todo aquello que contribuyera a la lucha y la valoración de nuestras ancestralidades, nuestro autorreconocimiento del ser afro, la erradicación del racismo, del ser más y más los que exaltemos nuestro legado de la madre África y la extensión de las raíces para ser múltiples ramas… en todo eso, allí estaba él.
Sí, Gabriel es un joven brillante y guerrero, un cimarrón que siempre se mantuvo con la moral en alto. Su bondad y fe permanentes lo llevaron a bregar porque el Rey Miguel y la Reina Giomar estuvieran entre nuestros héroes y heroínas en el Panteón Nacional. Así lo expresaba: «Tenemos una deuda moral y ética con nuestra cultura afrodescendiente. Nirgua ha dado cimientos geohistóricos que han contribuido a la Revolución Bolivariana: el Rey Miguel y la Reina Giomar forman parte de nuestra yaracuyanidad».
Como bien expresó el profesor Reinaldo Bolívar, Gabriel
… hizo suyo, de verdad, el verbo cimarronear, y lo conjugó a favor de las grandes causas de la afrovenezolanidad. Con su capacidad de proponer y solicitar, acercó a los afros de su tierra a toda Venezuela, y a los del resto del país, a su Yaracuy.
Este militante por la vida, por el reconocimiento de nuestras ancestras y ancestros, siempre nos traía a Caracas las buenas afroyaracuyanas y permanentemente nos invitaba a su punto y círculo: Agua Negra.
Así se nos acercó a Herencia en varias oportunidades. Una de ellas fue en el 2015, en un momento de encuentro tamborero. Tras nuestro instante de compartir, de repicar el tambor, Gabriel tomó nuestros tambores junto a Macario y les prendió unas velas, para conjurarlos, bendecirnos y darnos esa cálida bienvenida a la familia de Agua Negra. Ese aché en los tambores mismos nos dio ese abrir camino para seguir cultivando, seguir cimarroneando.
Del mismo modo como conjuró en amor los tambores, nos recibió en el 2022 para darnos la bienvenida al Centro de Investigación y Documentación de la cultura afrovenezolana en Agua Negra, Yaracuy, para seguir tejiendo juntos e ir sumando un legado que es fundamental. En aquel momento, a nuestro director Manuel Moreno lo declararon maestro pueblo de Agua Negra, en el marco de la entrega de banderas.
Cimarrón Gabriel, hoy y siempre te estaremos agradecidos, por tanto, como aquel 2015 en que le diste fuego a nuestro tambor. Esa luz es una bendición para nuestros tambores Herencia. Nos transmitiste esa fuerza, disciplina, sapiencia y evolución. En esa continuidad de tu legado, volvemos a Yaracuy, entre mujeres tambor, para compartir con las maestras cimarronas. Este camino ya comenzó y seguirá bajo tu bendición, desde hoy como nuestro ángel protector.
¡Gracias, afrohermano! Seguiremos cultivando nuestro autorreconocimiento étnico.
Mónica Mancera-Pérez
@mujer_tambor