Afterburn: Zona Cero; El apocalipsis del cine

Por Nacho Cañas.

Afterburn es una película de acción, ciencia ficción y aventura postapocalíptica dirigida por J. J. Perry, basada en el cómic Afterburn de Red 5 Comics (Scott Chitwood, Paul Ens). La premisa suena prometedora: tras una erupción solar masiva que destruye la tecnología del hemisferio este de la Tierra, nos encontramos con un cazador de tesoros que recorre un mundo devastado. Pero la ejecución deja mucho que desear: todo resulta tan cutre, tan increíblemente mal hecho, que cuesta creer que alguien pensara que esto funcionaría como película. Afterburn: Zona Cero; El apocalipsis del cine Encima el reparto engaña. Porque tú lees los nombres y te ilusionas. Está Dave Bautista, que ya lo hemos visto hacer papeles muy dignos y que, cuando se pone serio, puede cargar con una película entera. Aquí hace de Jake, un cazatesoros, que básicamente se dedica a saquear reliquias de un mundo arrasado por una tormenta solar. A su lado tenemos a Samuel L. Jackson, que es un mito viviente, convertido aquí en un rey del nuevo mundo. La idea mola en papel, pero luego lo ves y parece que Jackson está pensando en qué va a cenar en cuanto acabe la escena. Olga Kurylenko también aparece, interpretando a Drea, otra guerrillera del apocalipsis. Y hasta se suma Kristofer Hivju, que siempre impone con esa barba de vikingo perdido, pero que aquí no logra levantar nada porque el guion es un agujero negro que se traga cualquier carisma.La trama se supone que ocurre 6 años después de un cataclismo solar que destruyó la tecnología del planeta. El mundo está partido en dos: una mitad hecha cenizas y otra sobreviviendo como puede. Ahí aparece Bautista, que va detrás de reliquias del pasado, como si el planeta necesitara urgentemente recuperar la Mona Lisa en lugar de agua potable. Y claro, por el camino el personaje descubre que lo que el mundo realmente necesita es un héroe, bla, bla, bla. Ya sabemos la cantinela. Afterburn: Zona Cero; El apocalipsis del cine El problema es que todo esto que suena aceptable contado en un párrafo se convierte en un desastre monumental cuando lo ves en pantalla. No hay ni un solo momento en que la película logre convencerte de lo que está contando. Los personajes parecen muñecos que recitan frases huecas, las motivaciones cambian según convenga, y la lógica interna es inexistente. Lo que debería ser épico se convierte en un ridículo desfile de clichés, con persecuciones que parecen rodadas en un descampado barato y diálogos que harían sonrojar a un estudiante de primero de guion.Y lo técnico… ay, lo técnico. Supuestamente es una película grande, con dinero detrás, y sin embargo parece una producción de serie B que se quedó sin presupuesto a mitad de rodaje. Los efectos digitales son tan pobres que hay momentos en los que no sabes si estás viendo una película o un tráiler falso de YouTube. El montaje es caótico, nunca consigue ritmo, y el sonido está tan mal mezclado que los diálogos se pierden entre explosiones de mentira. Afterburn: Zona Cero; El apocalipsis del cine La música merece párrafo aparte. Es un insulto. Parece sacada de una librería de stock gratuita, de esas que te descargas para rellenar vídeos corporativos de PowerPoint. No hay ni un ápice de personalidad, ni un mínimo intento de dar identidad a la película. Es el equivalente a poner una playlist aleatoria de YouTube detrás de las escenas, a ver si cuela. Spoiler: no cuela.Pero lo que más me sorprende de Afterburn es que, al final, acaba haciendo gracia. No porque lo intente, sino porque es tan torpe, tan ridícula, tan desbordada de pretensión y tan falta de talento que se convierte en una comedia involuntaria. Te ríes de lo que no deberías, de los diálogos, de las persecuciones, de las miradas intensas que no llevan a ninguna parte. Es como si alguien hubiera querido hacer Mad Max en un garaje con luces de feria. Afterburn: Zona Cero; El apocalipsis del cine Y ojo, porque el concepto tenía potencial. La idea de un mundo devastado por el sol, con cazatesoros buscando reliquias del pasado, podía haber sido una historia de aventuras entretenida. Pero lo que entregan es tan chapucero que da la sensación de que nadie revisó el guion antes de rodar. Ni los actores parecen creer lo que están diciendo, y eso ya es un síntoma gravísimo.En definitiva, Afterburn no solo es mala, es una experiencia incomprensible. No te la crees ni aunque quieras. Es como ver a un grupo de actores famosos perdidos en un sketch larguísimo, sin gracia y sin rumbo, pero con el añadido de que tú sí te ríes. Una de esas películas que te hacen pensar en todo el talento y dinero que se han tirado a la basura. Quizá dentro de unos años alguien la reivindique como “película de culto”, pero de momento lo único claro es que estamos ante un desastre monumental… y, sin quererlo, una comedia memorable.