Estamos en verano, es tiempo de playa y piscina, de protegerse bien y por supuesto de proteger nuestra piel después de la exposición del sol. Hay que tomar el sol, pero moderadamente, sin pasarnos y como no, a horas en las que el sol no pegue tan fuerte. Ya sé que es difícil decirlo, pero por el bien de nuestra piel es lo mejor que podemos hacer.
Hay que protegerse tanto ante la exposición del sol como posteriormente y con un buen aftersun, como es el Aceite Corporal Nutritivo de Espino Amarillo de Weleda.
Su alto contenido en ácidos grasos insaturados y vitaminas A y E mantiene la piel nutrida, sana y vital.
Lucir moreno en verano puede ser muy saludable, ya que el sol es una fuente natural de vitamina D. Con tan sólo una exposición diaria de 5-10 minutos, ayudamos a que nuestro organismo metabolice toda la vitamina D que necesita para su correcto funcionamiento. Sin embargo, si no se hace correctamente, también puede ser un peligro para la piel, que con el calor estival se deshidrata más rápido.
Más allá del efecto estético a corto plazo, no cuidar adecuadamente la piel después de tomar el sol puede provocar manchas, pecas, arrugas y, en el peor de los casos, cáncer de piel. Por este motivo, después de un día de playa o piscina, o de turismo bajo el sol, mimar la piel es clave, tanto para conservar el bronceado como para evitar enfermedades.
Cuidados de la piel tras la exposición solar
El primer paso nada más llegar a casa tras pasar un día bajo el sol es darse un baño y utilizar un gel corporal de pH neutro o para pieles sensibles, con el fin de eliminar rastros de impurezas, el cloro de la piscina o el salitre del mar.
Aunque con una ducha es suficiente para recuperar el tono de la piel, un baño de aceites esenciales es una buena forma de hidratar el cuerpo, a la vez que aporta beneficios extra, ya que también contribuye a la relajación.
El Aceite Corporal Nutritivo de Espino Amarillo es ideal como aftersun, ya que repara la piel tras la exposición solar, la mantiene nutrida y sana, le aporta elasticidad, y la protege de las agresiones externas reforzando su barrera hidrolipídica. Su alto contenido en vitamina E y A (provitamina A –carotenos-) y aceites grasos monoinsaturados y poli-insaturados, ayudan a suavizar y mantener hidratadas las capas superiores de la piel a la vez que actúa como tratamiento en profundidad para la misma a largo plazo. Su ligero aroma a mandarina y naranja supone una inyección de energía extra que transmite vitalidad. Un tratamiento con aceite de sésamo bio y aceite de espino amarillo bio, que revitaliza y protege la piel, dejando un precioso color.
Y vosotros, ¿cómo cuidáis vuestra piel tras la exposición del sol?
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