Título original: Agallas
Directores: Samuel Martín Mateos
Andrés Luque Pérez
Guionistas: Javier Echániz
Juan Antonio Gil Bengoa
Intérpretes: Carmelo Gómez
Hugo Silva
Celso Bugallo
Mabel Rivera
Carlos Sante
Xavier Estévez
Isabel Blanco
Yoima Valdés
Rula Blanco
Tomás Lijó
Productores: Pancho Casal
Antonio Saura
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Música: Xavier Font
Arturo Vaquero
Montaje: Guillermo Represa
Nacionalidad: España
Año: 2.009
Duración: 100 minutos
Edad: 18 años
Género: Drama
Suspense
Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España, S. A.
Estreno: 04-09-2.009
DVD Alquiler: 15-12-2.009
DVD Venta: 12-01-2.010
Página WEB: Ficha completa en IMDb
Ficha completa en FilmAffinity
Web Oficial de la película en España
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube
Calificación:
Crítica: 5,100 Espectadores: 118.785
Público: 5,171 Recaudación: 718.712,15 €
España: Puntos (Popularidad): 0
Rugoleor: Ratio de popularidad: 0,00%
Sinopsis:
Sebastián, un delincuente de poca monta recién salido de prisión, decide buscar empleo en una pequeña empresa de Galicia, “Isolina, Productos del Mar”. Pero no por vocación desde luego, sino porque algo le dice que el dueño de la empresa, Regueira, no se ha pagado el Jaguar con cangrejos. Mediante una astucia se hace amigo de un encargado, Raúl, y consigue que le contraten. Regueira se lo cree sólo a medias, pero comprueba muy rápidamente que aquel joven de dientes mellados tiene agallas y decide convertirlo en su ayudante. Poco a poco, Sebas cambia de aspecto, se gana ropa nueva, nuevos dientes y sobre todo la confianza de su jefe. Ahora parece haber llegado a la cumbre – o casi. Pero, Sebastián, tan listo y tan despiadado, ignora que forma parte de un juego que le supera…
Cine negro a la gallega, con Carmelo Gómez como el narcocapo que oculta su negocio tras la fachada de una pescadería. Hugo Silva, otrora uno de “Los hombres de Paco”, se pasa aquí al otro lado de la ley para ser un patético ratero que ve la oportunidad de medrar escalando posiciones en la organización. Pero le harán falta “Agallas”. Así debutan en la ficción Samuel Martín y Andrés Luque, que ya habían realizado juntos el como se hizo de “Carretera y Manta” de Alfonso Arandia.
Crítica:
06.09.2009 – JOSU EGUREN
Scarface a feira
Ramalazos de Guy Ritchie, toques de comedia negra y giros de guión forzados arman el irregular esqueleto del debut de Samuel Martín y Daniel Luque, dos veteranos realizadores televisivos curtidos en espacios cinéfilos. La idea original resulta apetecible: presentarnos a un ‘Scarface’ madrileño que busca trepar por las redes del narcotráfico gallego. Las intenciones del tándem muy pronto se confunden, y del prometedor despertar de un caricaturizado Hugo Silva pasamos a un segmento en el que sólo interesa la sólida interpretación de Celso Bugallo, actor de largo recorrido que marca enormes distancias con el intérprete de “Los hombres de Paco”. Aparece Carmelo Gómez y la película retoma el paso, bordeando el ejercicio de estilo, pero adaptando con habilidad los moldes del cine negro a la flora y fauna que cuelga de los acantilados de la costa gallega; mérito de los guionistas, Javier Félix Echániz y Juan Antonio Gil Bengoa, que eluden profundizar en el tema del narcotráfico para medir las fuerzas de dos personajes hechos de la misma pasta. El guión bosqueja dos caracteres ambiguos, pero no termina de convencernos, quizá porque pierde demasiado tiempo en buscar coartadas para justificar su abrupto desenlace. Donde mejor se mueven los engranajes de la cinta es en su tramo intermedio, oasis en el que se activan los resortes de un interesante ‘thriller’ que sirve para que descubramos al espléndido Carlos Sante. Cuesta imaginar qué rumbo tomará la historia, y la que parecía ser la única posible (para quienes seguimos pensando en clave de género) encalla en una fangosa playa argumental de poco calado. Demasiados dobladillos para tan poca tela, que solo convencerán a los espectadores más crédulos.
Los directores desmigan guiños cinéfilos (sobra el trucaje a lo “Encadenados”), aunque argumentalmente no aportan nada, y si bien es cierto que la cinta nunca decae en su ritmo, tampoco estaría de más que se planteasen la edición de alguno de sus dos finales.