Revista Opinión
Agarfa, enamorada, cautiva y ajusticiada. Isla de El Hierro.
Publicado el 09 julio 2010 por Adolfo MoralesCuándo la expedición franco-española comandada por Maciot Bethencourt llega a esta isla, Armiche Rey del Hierro y los Bimbaches, llama a su pueblo a refugiarse en las montañas al amparo de un árbol sagrado, El Garoé. Éste tomaba entre sus hojas la bruma de la noche y destilaba el agua que conducían a pequeñas piscinas, a modo de manantiales, siendo la única agua potable de toda la isla. Acomodados y agazapados en la montaña se dispusieron a resistir, a salvo de calamidades. La curiosidad y la naturaleza hizo que una nativa: Agarfa, observase a los expedicionarios y abstraída por la naturaleza de un joven andaluz, terminó dejándose ver, arrebatada a la pasión que éste encendiera. Los Bimbaches en una operación nocturna, la secuestraron del campamento intruso y a la mañana siguiente fue ajusticiada con la horca. Viéndose descubiertos, Armiche trató de congeniar un acuerdo que no prosperó, terminando cautivo y preso de los extranjeros. Fueron los últimos aborígenes, todos ellos fueron desapareciendo uno a uno, mezclando la sangre con aquellos europeos. Hoy el apellido Bethencourt es común en el archipiélago, pero nadie recuerda el final de aquel pueblo que supo vivir en el confín de la tierra, rodeado de maravillas naturales.Si vas al Hierro, no dejes de abrazar al árbol Garoé, un modo de rendir nuestro respeto a Armiche, los Bimbaches y a la pobre Agarfa, y es que el amor nunca está de acuerdo ni del lado de los que solo aman la guerra. Fotografías: A. Morales (c) Isla de El Hierro.