Nos preocupa mantenernos jóvenes por fuera aunque también nos preocupa mantener activo nuestro cerebro y estar en plenas facultades para seguir comiéndonos el mundo, con independencia de la edad que tengamos… ¿Verdad?
Y es que parece que se habla mucho de la parte más estética pero alguna vez me han preguntado: “¿Cómo hago para poner en forma mi cerebro?”. Lo cierto es que existen muchos ejercicios ideados para lograr beneficios a ese respecto; sin embargo, hoy te voy a hablar de la hidratación como la fórmula magistral para mantenerte en el mejor estado de ánimo, agudizando los sentidos, la concentración y la memoria aunque pasen los años.
Hace un tiempo, la East London University publicó un estudio en el cual se explica cómo el cerebro funciona un 14% más rápido solo por el hecho de haber bebido un vaso de agua (pues, de esta forma, parte del cerebro deja de estar centrada en reclamar que tiene sed y se enfoca en la mejora del rendimiento cognitivo). Así pues, está demostrado científicamente que una buena hidratación permite que la sangre llegue mejor al cerebro, así como con más oxígeno para facilitar el trabajo neuronal.
Ahora, siguiendo la pauta de la hidratación, voy a compartirte algunas infusiones y alimentos que colaborarán en esa hidratación pero, además, te aportarán los mejores beneficios para agilizar tu mente de forma natural:
- Té verde: puesto que tiene un gran poder antioxidante, te ayudará a combatir el envejecimiento de las células cerebrales, evitando también una oxidación prematura del sistema nervioso. Puedes tomar una infusión al día, evitando su cercanía con las comidas pues los polifenoles que contiene pueden interferir en la correcta absorción del hierro.
- Romero: es otro gran antioxidante que combate el envejecimiento prematuro de las células y reduce el daño que causan los radicales libres. Se prepara infusionando 30 gramos de hojas en un litro de agua hirviendo, tomando la bebida resultante a lo largo del día a sorbos muy pequeños (hay que evitarlo en casos de epilepsia, Alzheimer, Parkinson, demencia senil, insomnio, estreñimiento, prostatitis, colon irritable, Enfermedad de Crohn, gastroenteritis y durante el embarazo).
- Ginseng: favorece la estimulación y el riego cerebral de forma que reduce la fatiga y aumenta la actividad del cerebro y la capacidad de concentración. Puede tomarse en extracto, suplementos alimenticios o infusión (1 gramo al día durante 4 semanas). No es una buena opción en caso de embarazo/lactancia, cefaleas o migrañas, insomnio, hipertensión, patologías cardiacas, alteraciones tiroideas, diabetes, enfermedades autoinmunes…
- Salvia: su efecto antioxidante ayuda al correcto funcionamiento de la acetilcolina. En este caso, la mejor opción es utilizarla en baños (infusionar 30 gramos de hojas en 5 litros de agua y agregar la mezcla colada al baño caliente) o infusión (una o dos veces a la semana).
- Ginkgo Biloba: rico en flavonoides que mejoran la circulación sanguínea, la memoria y la capacidad cognitiva (muy recomendable en personas mayores con inicios de demencia senil). Se recomienda usar 120 mg de tintura o extracto repartidos en 3 tomas al día (debe ser evitado por aquellas personas que tengan problemas de coagulación o que estén recibiendo tratamiento para ello).
- Soja: contiene unos fosfolípidos que se parecen mucho a los de las células nerviosas y que fortalecen las membranas protectoras que envuelven el cerebro y las neuronas. Es recomendable tomarla 3 o 4 veces a la semana, en forma de bebida, brotes, etc.
- Haba: su riqueza en colina (componente de la acetilcolina, un neurotransmisor indispensable para la memoria) ayuda a la transmisión de los estímulos nerviosos neuronales. Habría que tomarla, al menos, una vez a la semana.
Además, aquello que comas también incidirá positiva o negativamente sobre el funcionamiento de tu cerebro: procura reducir o eliminar la ingesta de azúcar, harinas refinadas, grasas trans, tofu, sal y alimentos procesados que contengan glutamato monosódico pues son productos relacionados con el declive de una correcta actividad cerebral. Opta, entonces, por añadir a tu dieta: aguacate, algas, nueces, salmón, cereales integrales y mucha agua. Completa todo esto con ejercicio físico y alguna actividad como escribir, jugar al ajedrez o montar un puzzle y estarás poniendo todo a favor para evitar el deterioro de tu cerebro.
Raquel Cabalga