Para predisponerte a un “desacelere” mental, físico y emocional, deberás sentirte fuerte, desearlo con toda tu fuerza interior, pensando que no solo es por tu bien sino por todos lo que te rodean (familia, amigos, entorno laboral…). Si te aplicas con esmero, tu vitalidad se verá renovada y olvidarás todo lo material para centrarte en ti, en tu interior, disfrutando de un mes de septiembre en positivo, con menos gastos y aceptando hábitos que harán que el resto de los meses también sean igual de positivos y más simplificados.
Vivimos momentos de prisas, de agobios en los que, si no te mueves o eres inquieta, no llegas a ninguna parte y que si no te mueves a la velocidad de la luz, no podrás aprovechar cada segundo de tu día como dicen que te mereces.
Desacelerar, dejar atrás las prisas y los agobios es imprescindible para recuperar:
1.- Nuestra vida.
2.- Nuestro bienestar.
3.- Nuestro ritmo y nuestro equilibrio personal.
Si no recupero estas tres cosas, o al menos no empiezo a ser consciente de que las necesito, es imposible avanzar sabiendo lo que quiero y a donde voy.
¿Qué me ayuda a mi a ser consciente de mis ideas, de mis propósitos y de cómo quiero avanzar?
1.- Aprovecho cualquier momento para escuchar música que, a mi, me relaje, me inspire o me active. El efecto que me produce la música que más me gusta es de plenitud total. Me hace vibrar en otra onda y con otro ánimo!
2.- Me río mucho, muchísimo!. Y me encanta, aunque tenga el día torcido, saludar y dar los buenos días en alto, que se escuchen mis palabras. Parece una tontería pero me hace sentir bien y me gusta la respuesta. Además, como es algo que no está muy de moda, la gente lo agradece y hasta, hay días que, en la parada del bus o en la cola del súper, entablas conversaciones de lo más interesantes y productivas.
3.- Ejercicio. Reconozco que no hago tanto como quisiera pero mis 40 minutos al día, mínimo, no me los quita nadie: 10 minutos llevando a Igor a la parada del bus y otros 10 para volver a casa. Luego, al mediodía, otros 10 minutos cuando lo voy a recoger y otros 10 para volver los dos a comer. Parece una tontería pero sientan de vicio y nos permiten ir hablando, animando el comienzo del día y dedicándonos un precioso momento a los dos solos. (es lo que tiene tener a un hermano de 2 años).
4.- Me encanta visualizar. Antiguamente me decían que soñaba mucho…pero me encanta soñar!!! O visualizar, como quieras llamarlo. Y lo curioso es que, algunas cosas soñadas, las he hecho realidad. No es que sea bruja o algo así sino que, mi mente y subconsciente recibían información de lo que quería lograr y, poco a poco, paso a paso, me iba poniendo en marcha. No digo que sea magia pero sí es muy gratificante.
5.- Proyectar tu vida a través de tu mente no es una panacea sino que es algo que, de modo positivo, te mantiene en la línea que deseas seguir. Dedicar unos minutos al día (yo lo hago justo al acostarme porque me quedo dormida feliz y de un modo relajado. Visualizo un hermoso rincón de lectura, un espacio totalmente silencioso, dentro de una casita en medio de una gran arboleda e incluso, me encanta verme en círculos con personas alegres, con familias, con alumnos escuchando todo lo que deseo compartir para que cada uno decidida si quiere desarrollar su proyecto de vida a mi lado)… como te iba diciendo, dedicar unos minutos al día a soñar, a visualizar hace que lo vivas previamente en tu mente, de un modo positivo y seas tú la que decide qué cambiar, qué dirección tomar y que historia llevar a cabo. Quién te dice que no puedes experimentar esas experiencias? :-)
Si quieres saber cómo desarrollar tu plan de vida, escríbeme a [email protected] y lo hacemos juntas.