• Lo más destacado de este mes de agosto ha sido la conclusión de El Quijote, que empecé a oir en mp3 allá por el mes de febrero, aprovechando desplazamientos en el coche. Una voz distinta por personaje y locutores profesionales. Una delicia. Nunca he sido un fanático de este libro pero el hecho es que es la tercera vez que lo “leo”. Tengo los ficheros en Dropbox y los iba oyendo a través del móvil. SOBRESALIENTE.
• Me ha cansado en cambio esta vez Ficciones y creo que no es el libro primero adecuado para los que se acercan al autor. Tengo que revisar esta recomendación mía habitual. Quizás lo he releído en mal momento o rápido. Borges es una locura literaria a la que te abandonas, una experiencia hipnótica donde suspendes las más elementales exigencias del pacto de lectura. Aunque no sé si desde el más allá estará riéndose de nosotros. Filosofía, teología, literatura, historia; espejos, laberintos y geometrías. Un amigo buen lector no contaminado por la admiración no pasó de los tres o cuatro primeros relatos. BIEN.
• Otro escollo veraniego: Rosaura a las diez. Tenía un recuerdo estupendo y ahora me ha defraudado. Me ha agotado la señora Milagros, la primera narradora, que explica morosamente el culebrón de base. Mejora algo con los sucesivos puntos de vista pero yo ya estaba herido de muerte. BIEN.