Siendo una adaptación de una obra de teatro, estaba claro que lo que tenía que funcionar era el casting. Y así es, el punto fuerte de Agosto es un elenco de actores al que les han regalado unos personajes para su total lucimiento: desde la siempre espectacular Meryl Streep hasta la fugaz aparición de Benedict Cumberbatch. Pero más allá de unas grandes interpretaciones el film no aporta mucho más, y cuando se sale de lo teatral termina perdida. Se notan demasiado los momentos que han añadido a la obra para convertirla en película por una razón muy simple: no aportan nada. Y es una pena porque al final se queda en una simple representación de la obra, con unos buenos actores, pero sin conseguir ser una gran película.
Lo mejor: las escenas que pasan alrededor de una mesa.
Lo peor: es una representación más que una peli.