Revista Opinión

Agotamiento de la violencia

Publicado el 26 abril 2010 por Javiermadrazo

El pasado mes de enero, en un artículo de opinión publicado en el diario El Correo, bajo el título “Agotamiento de la Violencia”, colgado actualmente en este blog para quien pueda tener interés, afirmaba textualmente lo siguiente: “Personalmente, creo en la sinceridad de quienes reivindican una nueva etapa que conduzca a la superación de la lucha armada, y cuánto más fuertes sean más capacidad de influencia podrán ejercer sobre ETA. Lamentablemente, la coyuntura política no es la más idónea para emplazar al PSOE a que acompañe con gestos de distensión los avances que está liderando una parte significativa de la izquierda abertzale. La debilidad de Zapatero, la alianza de Patxi López con el Partido Popular, la proximidad de las elecciones municipales y forales de 2011, y la experiencia fallida de Loiola constituyen una hipoteca para el PSOE, que se niega mover ficha mientras ETA no desaparezca. En mi opinión, y más allá de la desconfianza y las dudas comprensibles, la paz nos exige asumir riesgos, aún siendo conscientes de que podemos equivocarnos”.

En el mismo texto añadía esta reflexión: “El acercamiento de las personas presas a sus lugares de origen sería un activo que contribuiría a reforzar la apuesta de quienes aspiran a dejar atrás la violencia, aunque aún no esté tan clara su disposición a romper definitivamente amarras con ETA, en el supuesto de que ésta haga oídos sordos a sus demandas. Éste es, en realidad, el reto que debe afrontar la izquierda abertzale en el corto plazo. La paz exige credibilidad y liderazgo, y quienes ansían poder hacer política desde vías pacíficas y democráticas han de llegar hasta el final en la defensa de sus convicciones, con autonomía e independencia, al margen de cuáles sean las directrices de ETA. Me consta que la sociedad vasca mantiene viva la esperanza en la paz. Hasta es factible que la izquierda abertzale haya interiorizado el agotamiento que supone la violencia. Si es así nos encontramos en el buen camino”. En aquel momento aún no se había hecho público el documento “Zutik Euskal Herria”, pero era obvio que la izquierda abertzale quería ya hacer política en las instituciones, por vías exclusivamente políticas y democráticas, libre del yugo de la violencia.

Tengo la convicción de que éste es un camino sin retorno y los pasos a dar serán cada vez más contundentes y se harán públicos con mayor convicción. La declaración leída el pasado sábado en Pamplona, por dirigentes de la izquierda abertzale, se inscribe en esta estrategia, que, sin duda alguna, tiene como objetivo favorecer su presencia en las urnas, junto a Eusko Alkartasuna, su gran aliada en este periodo. No sé hasta qué punto ETA acompaña este proceso, pero si no lo hace cometerá un gran error que le condenará a la marginalidad y a la desarticulación policial porque sin soporte político sólo será una banda de delincuentes, más o menos organizada, pero acosada por la colaboración internacional y la falta de experiencia y rodaje de sus integrantes. Espero que, más pronto que tarde, actúe con un mínimo de lucidez y haga suyas las reflexiones mayoritarias de la izquierda abertzale, renunciando por y para siempre, y sin condiciones, a la violencia. La defensa de los derechos humanos está tan arraigada en la sociedad vasca, que ni ETA puede ser, por más tiempo, inmune a su respeto y reconocimiento.

Me preocupa, en cualquier caso, la ceguera de la organización terrorista, aunque creo que sabe que está en el ciclo final de su existencia, y confío en que actúe en consecuencia, dejándose guiar por la izquierda abertzale, en lugar de intentar imponerse a ella. Me preocupa, igualmente, la oposición del Gobierno Zapatero, prisionero del Partido Popular, a propiciar gestos de distensión, justos y democráticos, como es el acercamiento de las personas presas a sus lugares de origen. Pienso que es el momento de animar los avances dados por la izquierda abertzale con movimientos que avalen el compromiso con el diálogo y el consenso en un escenario de cese definitivo de la violencia. Hay que arriesgar siempre para construir la paz, y puede que en esta ocasión nos encontremos en el buen camino, aunque entiendo también las dudas y recelos por tantos fracasos acumulados. Sin embargo, ni podemos ni debemos tirar la toalla porque el agotamiento de la violencia, por primera vez, es una realidad incuestionable, incluso para quienes en el pasado la han legitimado.

NOTA: No tiene nada que ver con el post de hoy, pero aún así no puedo resistir la tentación de colgar un enlace al artículo de Luis García Montero, recogido ayer en el diario Público. Una vez más, el poeta granadino logra con pocas plabras contar grandes verdades, que deben ser leídas.

http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/8/nuestras-ultimas-cartas/

 


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