Revista Diario

Agotamiento mental

Por Sandra @sandraferrerv
Agotamiento mentalCuando se rompe la rutina y te encuentras sola ante una situación nueva te preguntas si realmente vale la pena todo ese rollo macabeo de la emancipación de la mujer, la liberación y no se cuantas cosas más. ¿Emancipación de qué? Sí, nos hemos emancipado de estar todo el santo día en casa sin hacer "nada". Nos hemos emancipado para salir corriendo con el cronómetro pegado sin dar tiempo a nada, corriendo al colegio, corriendo al trabajo, corriendo de nuevo al colegio y de vuelta al hogar del que nos habíamos emancipado para ordenarlo mínimamente y conseguir que tenga un aspecto más o menos digno. Todo esto cuando la rutina se mantiene y los improvistos no nos juegan una mala pasada. Improvistos como que tu hijo haya contraído un virus infeccioso que lo tenga relegado en casa hasta el lunes el mismo día en que se alinean los astros para que te quedes sola ante el peligro. Vamos, ideal. Es entonces cuando tu cerebro empieza a pensar rápido y atropelladamente, sales corriendo a urgencias, vuelves corriendo a casa, sales escopeteada al colegio a dejar a la peque y por poco no te espiñas con otro coche. Y consigues llegar a casa sana y salva y miras a tu pequeño con esa carita hinchada que te parte el alma, cuando ya la tenías partida por haber dejado a la pequeña berreando en el colegio porque sabe que su hermanito no estará cerquita suyo. Y terminas el día como puedes, con las ganas de llorar agotadas porque no tienes tiempo de esas pamplinadas y menos delante de tus hijos. Conclusión: no sé qué moto nos han vendido con todo ese rollo de la emancipación. La vida es muy larga, me dicen algunas personas. Sí, cierto, y el periodo de crianza de nuestros hijos demasiado corta como para desperdiciarla corriendo arriba y abajo como locas. Puede que sea que hoy ha sido un mal día. Espero pronto verlo todo de otra manera. 

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