Al arquitecto que diseñó el mundo en el que vivo,
Y al ingeniero que ideó el mecanismo de mi vida,Gracias por el sol, por las nubes y por la lluviaY por el sonido del agua cuando llega a la orilla.Por los animales y los bosquesPor las flores y los montesY por las personas que me ayudan a subir los escalones.Por aquellos que despertaron y tocaron a rebato.Por los niños buenos y los ancianosPor las sonrisas y los abrazosY por el nudo en el estómago.Por la magia que transforma el azar en coincidenciaGracias por la literaturaY por la Biblioteca JoaninaPor París, por Londres y por Sintra.Por el hombre que no quiso ser nadieY por el que lo fue todo.Por los que saben y nos enseñan.Por quienes se ocupan de los otros.Por los amigos que vuelven al cabo de los años,Por los que nunca dejan de estarY por los nuevos que van llegando.Y gracias por los que estuvieronAunque ya se hayan marchado.