Hoy saltaba a la prensa una gran noticia para los drogadictos, el Congreso pide que el alcohol y las drogas sean agravantes en la violencia machista. Entonces a un policía que mate a su mujer, también le deberían de aplicar estos agravantes. Es una persona de la Ley, y por ende debería respetarla por encima de todo. Su trabajo precisamente se trata de hacerla cumplir.
A un político corrupto se le tendría que aplicar este agravante, pues un hombre que se encarga para defender los derechos, y el bienestar de todos NO debería hacer mal uso de su situación privilegiada. Un juez que dicte una mala sentencia, poniendo en peligro los derechos de las personas, y a la Ley en entredicho, deberían de aplicarle estos agravantes. Un hombre de Ley ha de cumplirla. Y por supuesto habría que aplicar este agravante a quien se encargue de tener a estas personas entre sus filas, al fin y al cabo están bajo su mando. Tendría que darse cuenta de sus negligencias.
Desde La Penúltima creemos que este tipo de medidas NO deberían de aplicarse a personas con una enfermedad. NO nos mal interpreten, NO decimos que NO sean condenados, si alguien maltrata ha de cumplirse la Ley y tendrá que pagar por ello. Lo que queremos decir es, que si una persona está enferma, lo más normal sería ayudarla, y NO condenarla por una enfermedad que él NO ha elegido. Ya sabemos que esto NO es del todo satisfactorio desde el punto de vista de esas personas sometidas a vejaciones o maltratos, para esos familiares que, impotentes ven como ese "puto drogadicto" va a salirse por la puerta con una simple condena. Ellos tal vez, perdieron a su hija.
Si una persona comete un delito ha de ser juzgado y condenado, pero nunca más por estar enfermo.
De lo que estamos hablando es de salvar vidas, de que podemos enmendar esos desvaríos. Al menos habría que aclarar si lo usa como atenuante o realmente es un enfermo, es este caso habría que aplicar el agravante de facilitar un tratamiento para que pueda llevar una vida cuando salga de prisión.
Todos los días nos encontramos con drogadictos que, tras dejar el consumo y un corto período de introspección, se dan cuenta de sus errores, y luchan por salir adelante, por comenzar una vida digna al lado de alguien, sin perjuicios ni malos tratos, y los vemos caminar juntos.
Todos lo días nos encontramos con personas que esperan ser personas sin poder conseguirlo. A pesar de sus más grandes esperanzas caen un día más. Su vida se llama ahora desesperación.
Nosotros abogamos por una condena que puedan llevarles a las calles rehabilitados y como una persona más de la sociedad, libres y con grandes esperanzas de vivir. Si realmente quieren aplicar un agravante, planteen un agravante en positivo, ayuden a quien pueden ayudar.