Revista Sociedad
POR LITO SANTANA.
En los tiempos de las utopías grupos de jóvenes del municipio de Tamayo nos trasladábamos a pie hasta la comunidad de Cristóbal para encontrarnos y planificar acciones del movimiento popular. Eran encuentros interesantes en los que elaborábamos las estrategias para reclamar a los gobiernos de turno, obras importantes que reclamaban los pobladores de nuestras comunidades.
Aunque Cristóbal pertenecía y pertenece a la provincia Independencia y Tamayo a la provincia Bahoruco, entre sus juventudes siempre hubo un vínculo especial, que se acrecentó con la llegada de Radio Enriquillo y la Creación del Bloque Campesino Sur, filial del Movimiento Campesino Independiente (MCI). Una de las prioridades del movimiento popular en Cristóbal era la construcción de un acueducto para esa comunidad. Ubicada al lado oeste de la Laguna de Rincón, Cristóbal vivía en medio de las más grandes precariedades. La falta de un buen acueducto era su principal tormento.
Estoy hablando de acontecimientos ocurridos hace más de 30 años. Saco esto a colación porque el pasado jueves estuve por ese querido pueblito a propósito de la inauguración del edificio de la Junta Central Electoral y fui abordado por muchos de esos amigos que ya hoy son abuelos y bisabuelos. Para mi sorpresa me solicitaron que dedique esta columna a este problema que más de 30 años después siguen padeciendo.
Eso es muy lamentable. Todavía a Cristóbal, que ya es un municipio, le sigue llegando un poco de agua a través del acueducto de Saladillos, comunidad perteneciente a Las Salinas, que deben abastecer sus necesidades primero, antes de dejar “escurrir” algo hasta Cristóbal y eso no puede ser.
Es hora de que el Instituto Nacional de Aguas Potables (Inapa) le preste atención a este problema que tiene este laborioso pueblo y lo resuelva. Escuchando a esta gente me doy cuenta de lo indolente que son algunos funcionarios, sin importar el partido que hayan representado, ante problemas tan vitales para una comunidad que merece atención oficial.
El presidente Danilo Medina, que ha demostrado comprender este tipo de problemas, puede darles un toquecito a los jefes de Inapa, a ver si Cristóbal sacia esa sed que ya supera los 30 años. Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana.