Funcionarios de Portland defendieron el lunes la decisión diciendo que no querían enviar a los residentes de la ciudad agua mezclada con orina, aunque fuera en una proporción infinitesimal.Funcionarios de salud pública, sin embargo, señalaron que la orina es estéril en gente sana y que la orina en la represa estaba tan diluida que representaba poco riesgo.
Algunas personas en la ciudad, en los suburbios y alrededor del mundo consideraron la medida tomada por la ciudad como una respuesta exagerada, especialmente si se considera que animales como los patos contribuyen rutinariamente con desechos y, en ocasiones, mueren en el agua.
"Más de 1.000 millones de personas en el mundo no tiene acceso a agua potable, y aquí nosotros botamos casi ocho millones de galones de agua sólo para apaciguar a residentes ignorantes que creen que su agua entubada se volverá amarilla", decía un comentario colocado en el sitio en internet de The Oregonianh