Hasta hace poco, mi amor por el aguacate –llamado “palta” en algunos países de Sudamérica- se quedaba en el ámbito de la comida. Cuando pienso en “tostadas”, las pienso cubiertas generosamente de aguacate con apenas un par de gotas de limón y una pizca de sal, más queso rallado, zanahoria rallada y cuadritos de tomate. Tan delicioso y nutritivo que vale lo que cuesta, incluso cuando sube de precio. Ahora también amo su efecto sobre mi piel.
Hace como un mes fui agasajada con un set de productos de Oriflame, que incluía varios artículos de la línea Love Nature; entre ellos, un jabón en barra, una crema para manos y un aceite para cabello y piel, los tres con aceite de aguacate. Hasta ese momento nunca me había sentido atraída por la idea del aguacate en mi piel o cabello; de hecho, la imagen de mitades transversales de aguacate que decoran el envase de la crema de manos, no es exactamente lo que yo quería llevar en mi bolso… Hasta que probé la cremita –de color verde muy claro- y me gustó tanto que le tomé gusto a su presentación.
Mis manos se resecaban y se ponían ásperas frecuentemente, y con otras cremas necesitaba volver a encremarlas cada dos minutos. Con esta cremita tengo toda la hidratación que necesito, una suavidad que no esperaba -que tal vez no merezca, considerando que lavo los trastes sin guantes- y un tenue aroma realmente agradable. Del jabón puede decirse básicamente lo mismo: además de limpiar, hidrata y suaviza; además, yo aprecio especialmente que el aroma del jabón no sea intenso porque cuando lo es, me empalaga.
El aceite, por su parte, no tiene olor. Lo uso en las puntas del cabello, donde he visto mejora en lo dañado; pero donde es una estrella es en la piel. Tenía tan irritada la piel de la parte superior de la hendidura intergluteal (o sea, la parte de arriba de la rayita entre las nalgas), que fui a consultar a un médico, el cual me recetó una crema que, según advirtió, es costosa, por lo que ni fui a preguntar por ella a la farmacia. Ya sabiendo que la piel simplemente estaba irritada por reseca, decidí curarme con el aceite de aguacate: para la segunda aplicación, no había problema. Ahora me pongo ahí y, de pasada, en las nalgas, todos los días. Pienso probarlo para masajear mis pies.
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