Revista Ciencia

Aguantando la apisonadora del calor

Publicado el 06 mayo 2010 por Marcredondo

El post de hoy es de esos que te dan un aire fresco, te revitaliza y te da energía. Espera. ¿A quién quiero engañar? Con el calorazo que hace no hay post que levante el ánimo a nadie. Mucho menos a los que lo sufrimos trabajando, sabiendo que para ir a comer dignamente, es decir, ni palmeras de chocolate ni sándwiches de la máquina, toca pisar el ardiente alquitrán de la calle. Ese al cual te quedas pegado como si un chicle hubieras pisado.

Las altas temperaturas que estamos sufriendo estos días nos han pegado una buena bofetada. No nos lo esperábamos, y eso duele. No hay español que resista los 40 grados en junio. Nadie. Razón del aplatanamiento que reina ahora mismo en gran parte de nuestro territorio. El efecto del calor afecta directamente nuestro estado de ánimo y nuestra salud. Es para tenerlo en cuenta.

Ante una subida súbita de las temperaturas lo más normal es sufrir un cansancio más agudo de lo habitual. El proceso regulador de la temperatura corporal consume muchísimo más, produciendo eso que muchos empollones no conocen: el sudor. Ese líquido que liberamos cuando hacemos deporte. Recordamos lo que aprendimos en el cole: el sudor se libera sobre la superficie de la piel. Durante su evaporación, que como todos sabemos, es un proceso endotérmico, se absorbe energía en forma de calor de nuestro cuerpo. Así, podemos regular la temperatura.

Otra consecuencia del calor menos conocida es el estrés y la irritabilidad. Y no me refiero a la irritación que se produce en ciertas partes del cuerpo en época de baño. Me refiero al estado de ánimo. No hay quien nos aguante. ¡Con lo bien que se está en invierno! Nos sentimos limpios, olemos bien, compartimos días con los resfriados, los virus, el hielo en la carretera… ¿Por qué el otoño y la primavera no son eternos? Espero que Galileo no oiga, allí donde esté, mi plegaria.

Te recuerdo las múltiples, y cansinas ya, campañas que las instituciones dirigen a la población: beber agua abundantemente, no salir a la calle ni hacer ejercicio durante las horas centrales del día, respetar la digestión antes del baño… Pero hacedme caso. Con este calor lo mejor es quedarse en casa con tu pareja, poner una buena película y servirse un buen helado. Y si se tiene aire acondicionado, no seré yo quien te diga que no lo conectes para preservar el medio ambiente.


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