Hoy os recomiendo a la polivalente artista Águeda de la Pisa, pintora de lo abstracto pero también de lo moderno, de lo urbano y lo rural. Palentina de nacimiento pero madrileña de adopción, la propia artista reconoce que su trabajo se ha inspirado en el paisaje castellano, aunque desde su niñez también se sintió atraída por la abstracción.
Además de considerarse una “deudora del cubismo”, Águeda de la Pisa destaca la importancia del agua, que como elemento primigenio presidió una época de su obra, y que se tradujo en el protagonismo de los azules como modo de evocar lo cambiante y lo permanente.
Del mismo modo, su vida en una gran urbe como Madrid, donde se formó como artista, le dejó huellas sobre su trabajo. Los perfiles de la arquitectura urbana y los colores de los neones publicitarios se le revelaron como un supramundo, como una visión insólita de la ciudad, en la que el orden parece imponerse sobre el caos.
Entre sus más recientes exposiciones individuales, Águeda presentó su trabajo en 2008 en el Centro Cultural de Las Rozas (Madrid) y en La Maleta Galería de Arte de Valladolid, meses después de haber hecho lo propio en la Galería Tolmo de Toledo y en el Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella.