Agujeros en Podemos

Lo que nace anárquicamente, sin un marxismo-leninismo claro bajo una autoridad central poderosa, nunca logrará triunfar como revolución, “se vaciará por los agujeros”, escribió Stalin en su “Praxis Inicial”, tomo II de los quince de sus Obras Completas.

Podemos se inspiró en ese marxismo-leninismo, y los agujeros que le están apareciendo le dan la razón al genocida georgiano, cuya obra parece que no leyó ni estudió Pablo Manuel Iglesias, presuntuoso teórico del comunismo, aunque reacciona ante los problemas como él, haciendo purgas: acaba de mandar a Siberia al número tres, el locuaz Sergio Pascual, que pronto borrarán de las fotografías del partido, huecos que cubrirán con imágenes de los nuevos protegidos del Caudillo.

Rotos y agujeros en las llamadas nacionalidades históricas, donde cada indignado ha vuelto a sus capillas, pero también entre pactistas con el sistema, anticapitalistas o anarquistas.

Hasta sus banderines de enganche, Ada Colau y Manuela Carmena, alcaldesas de Barcelona y Madrid, están rebelándosele.

Y esto ocurre porque Podemos se gestó entre toldos de feria, tiendas de campaña, y mítines que incluían con los Ommm de los mantras budistas con pequeñas tribus de marxistas-leninistas, trotskistas, estalinistas, maoístas, castristas, chavistas e indigenistas, islamistas chiitas, okupas y perroflautas.

El 15 de mayo de 2011, en 15M, que copiaba las primaveras árabes iniciadas en Túnez en 2010, expresaba en la Puerta del Sol de Madrid la indignación contra los recortes provocados por la crisis económica e iniciados por Rodríguez Zapatero.

Lo que sintetizó Podemos fue indignación, enfado, desconfianza en la democracia que, acostumbrada ya al bipartidismo, albergó una enorme corrupción en muchos de quienes deberían ser sus servidores.

Ahora que el nuevo partido tiene relativamente cerca la posibilidad de gobernar, se agujerea, con sus múltiples ideologías mal hilvanadas y peor gobernadas –la egolatría de Iglesias Turrión abochorna a muchos de los suyos—, y muestra los huecos que separaban las lona de la Puerta del Sol.

Stalin decía que nada uniría tantos retales si no era purgando a los socialfascistas, que eran todos los que consideraba traidores.

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SALAS