Hoy traigo algunos poemas de Agustín Millares Sall, extraídos de su primera antología Poesía unánime (1967).
Horizonte No es verdad que el momento no tenga una salida
es mentira que el hombre camina hacia la muerte
y que ya no es posible darse al mar de otra vida.
Existe un horizonte que cambia nuestra suerte
un espacio infinito que nos abre sus puertas
y un eterno futuro de esperanzas abiertas.
Existe todo un tiempo de vírgenes canciones
de júbilos que aguardan en estado salvaje
de terrenos propicios para audaces acciones
y de cumbres que cambian de continuo el paisaje.
El día va cediendo mas el sol no se apaga.
Un nuevo día habrá se hará pie en otra orilla
cuando la noche lenta por la acción se deshaga
de la luz que en las alas de los pájaros brilla.
Montaremos el viento mensajero del alba
viajarán nuestros ojos en la rápida estrella
llegaremos a tiempo de ver cómo se salva
la humanidad que en ríos adversos se atropella.
Se va a marchar el miedo definitivamente
y el peligro no puede resucitar mañana.
Vamos a disfrutar la vida inmensamente,
el cielo siempre azul, la tierra toda llana.
de "La estrella y el corazón" (1949)
La casa por la ventana Porque me veo
a sólo unos pasos
del panorama que parece un cuento
del sitio deseado
en que el sueño
buscan y suelen conciliar los pájaros
como dos gotas caen en un vaso
cuando los ojos miran hacia dentro.
Porque me veo
dentro del marco
donde el silencio pinta un solo árbol
donde el amor se tiende en cualquier suelo
donde la herida abierta de la mano
pretende salpicar sus cinco dedos.
Porque me veo donde aguarda el júbilo
a tres o cuatro metros de ser alguien
de saltar estos muros
que me cierran el aire.
Porque estoy solamente a unos minutos
de ver salvado para siempre el mundo
de las vidas que encienden con carburo
de los cerebros hechos con alambre.
Porque estoy solamente a unos instantes
del cuerpo a cuerpo entre la luz y el humo
en mitad de la calle
de la luz que prepara otro diluvio
de las pobladas ingles que dan fruto
y del voraz incendio de la carne
donde el valle desciende entre los muslos.
Porque digo en qué sitio
vine al mundo y el alba
quiso nacer conmigo.
Porque dice mi alma
y se me ve en la cara
que he vivido
constantemente a orillas de una playa
constantemente abriéndome un camino
constantemente hallando una esperanza.
Y porque al tiempo mismo
mi sangre se ve siempre renovada
y el aire está tocando como vidrio
y a mi vida la empujan nuevos bríos
y estoy creciendo como la montaña
y estoy soñando ser como las alas
y estoy naciendo siempre como el río.
Por esto y lo demás que no se esconde
por todo lo que espero y mucho más
por esto y lo que apenas se conoce
por esto y lo que aún no tiene nombre
acudo a recibir la claridad
el principio del fin de cada noche
el soñado crepúsculo del mal
igual que la mirada va hacia el norte
como la luz anuncia el horizonte
como a la costa se aproxima el mar.
Por esto y lo demás
que no se oye
ni se ve ni se sabe donde está
quiero ser manantial a cuatro voces
matriz de la palabra libertad.
de "La ventana a la calle" (1949)
No vale Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber de nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.
Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confíese: Aquí no hay sangre.
Te digo que no vale
que el gris siempre se salga
con la suya, que el negro se desmande
y diga cruz y raya,
al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y digo: Aqui no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir no lo sabia, estoy al margen,
vivo en mi torre y no sé nada.
Te digo y te repito que no vale.
de "Habla viva" (1964)