El suelo es un recurso natural esencial y es la materia prima necesaria para casi el total de la producción de alimentos en el planeta. En las granjas de ganado vacuno y ovino, las condiciones del suelo afectan a la utilidad y a la calidad de los cultivos de pasto, lo que influye directamente en el rendimiento del ganado y la rentabilidad de las explotaciones.
El suelo es una mezcla dinámica de minerales, materia orgánica, aire y agua, que cambia en respuesta al cultivo, el clima y la actividad de los diversos organismos. Una buena gestión del suelo comienza con una evaluación de su situación y una gestión de su estructura, química equilibrada y biología saludable. El cuidado del suelo sirve para salvaguardar este recurso básico y ayudar a la producción de cultivos y ganados sanos, lo cual repercute de forma directa en el Medio Ambiente.
Por este motivo, AHDB Beef & Lamb (Organización para el sector del ovino y vacuno en Inglaterra), desarrolla importantes programas de investigación para mejorar la gestión del suelo y, por tanto, el rendimiento de una producción ganadera enfocada hacia la sostenibilidad y el cuidado del Medio Ambiente. Desde AHDB se fomenta la cría de ganado alimentado con pasto, que produce carnes de calidad y cualidades saludables, además de ayudar al mantenimiento de los suelos y la vegetación.
Según diversos estudios realizados por la organización, el cese de la actividad ganadera conllevaría una importante degradación de muchos de los paisajes existentes actualmente en el Reino Unido y, por extensión, podría ocurrir lo mismo en otras zonas del mundo. La principal razón es que el mantenimiento y uso del pasto, como alimento fundamental de los animales, ayuda a reducir la erosión del suelo y la pérdida de agua. Además, es resistente a la sequía, ya que sus raíces son profundas para poder buscar la humedad. Además, la hierba absorbe el carbono y el metano de la atmósfera, actuando de factor protector y no necesita de fertilizantes artificiales, debido a la interacción con el ganado.
A pesar de estas evidencias, en los últimos años, existe una corriente de opinión que pone en entredicho los beneficios del consumo de la carne como parte de una dieta equilibrada, así como la propia actividad ganadera, considerándola como uno de los principales problemas que influye en el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, en el cambio climático.
Sin embargo, además de los estudios, anteriormente citados, realizados por AHDB, existen opiniones alternativas de ecologistas internacionales como Allan Savory, que apuestan por un desarrollo de la cría de animales de forma planificada, agrupando los rebaños y moviéndolos para evitar el sobrepastoreo de los campos, lo que imita el comportamiento natural de los animales en libertad y ayuda a frenar la desertificación.
Según estas teorías, que coinciden con las conclusiones extraídas por AHDB, la ganadería bien planificada, no sólo no degrada el Medio Ambiente, si no que contribuye de forma activa a la sostenibilidad.