Según el dirigente iraní, este proyecto europeo consiste en hacer que las nubes viertan todo su contenido en este continente, antes de que pasen a otros países, entre los que se encuentra el propio Irán.
Ahmadineyad, que acusó a Europa de estar provocando la sequía en su país, asegura, según informa el diario británico The Daily Telegraph, que ha obtenido esta sorprendente información a partir de diversos “informes sobre el clima” elaborados por expertos, de los que no ofreció más datos, aunque sí aseguró que su existencia ha sido verificada.
Lo que sí tiene claro el mandatario iraní es que este “complot europeo” tiene como propósito último dejar sin agua en los próximos 30 años a amplias zonas limítrofes con el continente.
¿Y por qué? “Porque son las zonas que más asustan a Occidente para rivalizar con él”, concluye el líder iraní.
Con una careta y media docena de plumas, se asemejaría al brujo apache que perseguía Buffalo Bill a finales del siglo diecinueve, pero no es así; al contrario, se trata de un líder internacional que vive en pleno siglo veintiuno y que hace caso omiso de las prohibiciones internacionales para la fabricación de armas nucleares.
No sé si los científicos iraníes que encontraron un complot entre los europeos para robarle la lluvia al líder musulmán, son del mismo pelaje que este individuo extraño, artista de la demagogia y el pucherazo; en todo caso, sus nombres están a buen recaudo; también ignoramos bajo qué presión dichos ciudadanos iraníes afirmaron que Occidente robaba la lluvia a la antigua Persia, pero conozco circunstancias bajo las que cualquier hombre de ciencia afirmaría que el universo gira alrededor de nuestro planeta, y eso tampoco es difícil de imaginar en un país que propone la lapidación de una mujer como castigo de su adulterio.
Parecen evidentes dos conclusiones: La primera, que Ahmadineyad no vive en este mundo, o que sufre algún tipo de patología mental, lo que viene a ser lo mismo; en todo caso, no es razonable permitirle que juegue con armas nucleares, porque aunque lo de la lluvia no sea verdad, la catástrofe derivada de una explosión atómica, es tan real como devastadora, caiga donde caiga. En segundo lugar, conocemos el perfil de con quiere pactar la Alianza de Civilizaciones el leonés errante. José Luis, el del talante, tiene buenas intenciones, pero su espíritu puro, lo conduce a pensar que puede negociar con las bestias, y eso no es cierto. Las fuerzas internacionales están para poner coto a este tipo de desmanes, y consentir armamento nuclear en quien afirma que Europa le roba la lluvia y que pretende destruir Israel, es un verdadero despropósito. Esperemos que la responsabilidad de este control no caiga en manos de Zapatero, ahora que está próximo a privarnos de la clarividencia con la que gobernó este país durante los últimos largos años.