Revista Libros
Brigitte Giraud, Contraseña. Trad. María Teresa Gallego. “Esta noche se ha muerto Claude. Yo lo quería”. Así nos introduce la escritora a uno de los episodios más tristes de su historia: la muerte accidental de su compañero de vida por veinte años, el padre de su hijo. Es pues la narración de una pérdida, el dolor que ella produce y la manera como lo asume aquel o, en este caso, aquella que la sufre. Ya lo hemos visto en Lewis en Una pena en observación, en Te me moriste del lacrimoso Peixoto, o un poco en el propio Magris en Así que Usted comprenderá; cada uno de ellos como observador de su desdicha describe a su manera su propia pesadilla.Porque así como el amor es universal lo es también la muerte y no nos deja indemnes por más fuertes o lejanos que tratemos de estar de ella, ambos nos esperan a la vuelta de la esquina y aunque ingenuos intentemos evadirles, en cualquier momento podemos ser tocados tanto por el uno como por la otra. Pues bien, Giraud, en medio de su estupor ante el hecho, describe el peso de las costumbres, de los ritos, y cómo terminamos aceptándolos doblegados por la realidad, las palabras sin sentido, la vida que sigue contra toda esperanza, la soledad y, lo que es peor, el descubrimiento de que se era feliz con el otro y no se tenía idea de ello.Agradezco al librero que entre otros me presentó la única obra traducida al español de Giraud, y aunque me han dicho que desconfíe de los escritores jóvenes, he decidido darle el beneficio de la duda hasta tanto haya por ahí un nuevo libro suyo por leer.Leonora CastañoLibélula Libros