Revista Opinión

«Ahora a casa, que hay que hacer la cena»

Publicado el 12 diciembre 2019 por Carlosgu82

«Ahora a casa, que hay que hacer la cena»

“Ahora a casa, que hay que hacer la cena”

Ayer, o anteayer, en la plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, unas trescientas feministas se reunieron para cantar esa canción que se ha puesto tan de moda entre las pertenecientes al movimiento feminista, en todo el mundo, conocida como “Un violador en tu camino” y cuando habían terminado su ridícula interpretación, acompañada de su patética coreografía, un joven les gritó: “¡Ahora a casa, que hay que hacer la cena!”, recibiendo, a continuación, un chorreo de insultos y hasta el zarandeo por parte de varios hombres que se encontraban presentes y que debían de sentirse identificados con la cancioncita, debiendo haber sido autores de alguna violación, o reconociendo que son violadores en potencia, porque de otra forma no se entiende su postura (bueno si se entiende, si se tiene en cuenta que todo esto del movimiento feminista y de todos los chiringuitos montados con respecto a este tema, dan de comer a muchas bocas. Esos hombres debían de ser, seguramente, “estómagos agradecidos” que, directa, o indirectamente, se ven beneficiados por alguno de esos chiringuitos feministas).

Pues yo me he reído mucho con la ocurrencia que ha tenido el joven, ¡para qué les voy a mentir!, porque me siento identificado con la indignación que él debe de haber sentido al sentirse insultado con esa cancioncita, y comprendo su impotencia  al ver que se le tacha de “violador” por el mero hecho de ser hombre; y de esa impotencia ante un insulto, de seguro inmerecido, ha surgido su respuesta en forma de comentario machista.

Tengo entendido que el porcentaje de violadores de entre la población masculina es de un 0,0000064% y, si eso es cierto, ¿cómo es que estas desquiciadas feministas más popularmente conocidas como “feminazis”, nos tachan de violadores a todos los hombres?, ¿no se basan ellas en cifras a la hora de justificar el hecho de que haya una Ley Integral de Violencia de Genero para proteger solo a la mujer que es objeto de violencia por parte de su pareja, hombre, frente a otros tipos de violencia en el seno familiar?, ¿Qué pasa, que las cifras y las estadísticas funcionan solo cuando les vienen bien a ellas?

Yo no he violado, nunca, a nadie, y tampoco he tenido que refrenar el impulso de violar a nadie; tampoco he requerido, nunca, los servicios de una prostituta y ambas cosas han sido motivadas por la misma razón: para mí el acto sexual, el coito, es la culminación de un proceso que se conoce como seducción; para mí lo más excitante es el proceso de la seducción y eso hace que el acto sexual sea plenamente placentero. El acto sexual es como la guinda del pastel y, ¿qué sentido tiene comerse la guinda sin que haya habido pastel? Así pues, ¿qué sentido tiene llegar al acto sexual previo pago de una cantidad de dinero o mediante la utilización de la fuerza?

Dentro de mi círculo de amigos y familiares no hay, ni ha habido, ningún violador, por lo menos que yo haya tenido conocimiento, así que creo que ese porcentaje que he mencionado antes, debe de ser cierto; y en las ocasiones, raras, en las que he hablado con alguno de mis amigos al respecto, estos me han manifestado lo mismo: que el acto sexual sin el proceso previo de la seducción, no tiene sentido. Y debo de aclarar que la seducción no tiene que ver, en principio, con el enamoramiento, que puede llegar o no; la seducción se basa en que la otra persona, una mujer en mi caso, se sienta atraída por algún rasgo físico, o de mi personalidad, estando dispuesta a tener sexo conmigo.

Nunca he tenido que refrenar el impulso de abalanzarme sobre una mujer, por guapa y deseable que fuera, y poseerla; no he tenido siquiera que pensar en las consecuencias que tal acto pudiera haber tenido (el rechazo por parte de mi círculo de amigos, conocidos y familiares; o las consecuencias penales que de ello pudieran haberse derivado…) para tener que reprimir tal impulso; era suficiente con que ella no hubiera mostrado interés por mí para que mi interés por ella no hubiera pasado de algunas simples miradas (no voy a mentir diciendo que fueran inocentes del todo).

Asi pues, me molesta que se me insulte tachándome de “violador” y entiendo el enfado de ese joven, que al parecer pertenecía a Nuevas Generaciones del PP, que respondió a ese insulto con ese comentario machista, que en cualquier otra circunstancia hubiera encontrado fuera de lugar pero que he encontrado gracioso en las circunstancias en las que fue pronunciado.

Tal y como dijo una feminista con bastantes “más luces” que estas que se reúnen a cantar esa cancioncilla, cuando alguien las convoca para hacerlo: “los violadores no son hombres, son violadores”.


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