Ahora, aquí...

Una de mis lecturas de verano está siendo "Una mochila para el Universo" de Elsa Punset (en su versión en catalán, "Una motxilla per a l'Univers").  En ella desgrana claves para disfrutar del momento, gestionar nuestras emociones y mejorar nuestras relaciones personales, entre otras cosas no menos importantes.
Según algunos estudios en el campo de la psicología que Elsa divulga en su obra, uno de los puntos cruciales para ser feliz -vivir en plenitud, si lo prefieres- es estar plenamente presente. Vivir en el pasado o huir hacia adelante, hacia el Futuro, como remedio para escapar de este momento se revela como una trampa en nuestro camino hacia la felicidad.
Cierto es que muchas veces el Presente no nos gusta, tal y como es. Por eso suelo substituir en este blog la palabra "Felicidad" por "Plenitud". El presente que no nos gusta puede ser muy doloroso. Descubrir el "regalo" (presente) del momento es mucho más fácil cuando estamos disfrutando o cumpliendo uno de nuestros deseos que cuando tenemos que atravesar la adversidad.
Quizás por este motivo aprendemos pronto el mecanismo de "escapar del presente", por lo que éste nos pueda reportar de negativo... Paradójicamente, lo que el tiempo nos enseña es que sólo viviendo el presente "plenamente" podemos superar la dificultad y buscar sendas para una vida mejor. Si no lo hacemos, suele pasar que volvemos a vivir las mismas situaciones una y otra vez, disfrazadas de diferentes maneras. Así ocurre, por ejemplo, con los procesos de duelo... Un duelo o dolor no vivido, disfrazado, o negado, suele convertirse en una patología a medio y largo plazo. 
Vivir el duelo sería tema de otro post -de hecho, encontrarás alguna entrada anterior en este blog a su propósito-, como también el tema del "dolor" y el "sufrimiento" (que son cosas distintas).
Lo que he observado es que muchas personas tienen este mecanismo de "escape" tan arraigado que ni siquiera se permiten vivir en plenitud y conciencia aquellos momentos que calificaríamos como "agradables" o "buenos". Como si no mereciéramos una risa, un buen momento, una buena compañía, un logro... Y en ocasiones, también escapamos a la maravilla de los detalles cotidianos, que representan todo un Mundo de Luz a quien sabe apreciarlos.
Volvamos, pues a la obra de Elsa Punset. El "lector en off" de la obra pide: Ayúdame a aprender a vivir el presente.Dado que muchas veces he tratado aquí el tema del Presente y la filosofía  del Mindfulness (meditación del momento presente), encontré interesante compartir contigo los descubrimientos de Elsa Punset en esta obra.
Éstos son los ejercicios que propone para entrenarnos en la tarea de prestar atención al momento, que transcribo de la obra en catalán:
* "No hagas ningún movimiento inútil": estudia tus movimientos, no hagas las cosas deprisa y por hacerlas...
* "Haz diez pasos descalzo y a conciencia": Sobre la alfombra de casa, sobre la arena de la playa, donde sea...
* "Come alguna cosa que te guste , una pasa, por ejemplo, con una atención plena": Es decir, deleitándonos en la textura, el olor, el color, los matices del sabor, masticándola lentamente...
* "Practica el amor por todo lo que te rodea": Sentir agradecimiento es uno de los caminos más rápidos hacia una Realidad mejor. Aquí nos habla del monge benedictido David Steindl-Rast, que nos propone "Durante el día, aprecia alguna cosa que no hayas apreciado antes". Puede ser lo más "tonto" que pueda parecerte, como un camión. Se trata de apreciar lo que antes pasaba desapercibido ante tus ojos. Este ejercicio nos ayuda a entrenar el sentimiento de apreciación profunda.
A propósito de Steindl-Rast, si el Agradecimiento como vía de conocimiento y apreciación del presente te interesa, te recomiendo vivamente que visites su página web y su proyecto, Gratefulness.org.
* "No hagas siempre lo mismo ni de la misma manera": Varía las rutas, la mano con la que tomas los objetos en tus rutinas cotidianas, los sabores de tus comidas... Se trata de romper con los hábitos automáticos, de probar nuevas rutinas y proponerse nuevos retos.
Con estos sencillos ejercicios y con el verano por delante, quizás podamos poner en forma nuestro músculo de "Vivir el Presente" y comenzar a disfrutar de verdad del momento.