Revista Comunicación

Ahora Carmena

Publicado el 10 septiembre 2018 por Felipe @azulmanchego

Ahora CarmenaNO TIENE MAYOR mérito, porque que en verdad no lo tiene, pero desde hace bastantes meses algunos estábamos convencidos, y así lo dejamos escrito en este blog, de que la alcaldesa de Madrid volvería a intentarlo. A ella le hubiera resultado más fácil, y con seguridad más cómodo, recuperar el “paraíso de la jubilación”, pero a sus 74 años ha decidido que el tiempo del sosiego puede esperar.

¿Y qué necesidad tiene Manuela Carmenade embarcarse en una nueva aventura política? Fundamentalmente, por la sensación de que no ha llegado todo lo lejos que quería, ni tan rápido como hubiera deseado y, si me apuran, con unos compañeros de viaje que ella no eligió.Cuando la alcaldesa le dio el ‘si quiero’, casi in extremis, a Ahora Madrid, el tren de la candidatura ciudadana ya estaba en marcha. Ella se subió a ese tren con la ilusión de quien emprende una travesía hacia un territorio ignoto. Su mera presencia impulsó aquella alegre y despreocupada expedición, hasta el punto de que la muy experimentada Esperanza Aguirre, con toda su potente maquinaria, llegó en primer lugar a la estación, pero nada pudo hacer ante la arrolladora frescura y la fuerza de un proyecto ilusionante y novedoso. Un proyecto, conviene recordarlo, que no hubiera llegado a buen puerto sin la inestimable ayuda de los socialistas.Desbancada Aguirre, lo más difícil estaba por llegar. La alcaldesa tuvo que bregar entonces con la mastodóntica maquinaria municipal, que no se distingue precisamente por su agilidad. Pero no fue esto lo peor, con ser frustrante y descorazonador. Carmena se encontró entonces —al principio de forma sutil, más tarde de manera inequívoca—, con que algunos de sus compañeros de viaje —Ganemos e Izquierda Unida— querían remar a otro ritmo, cuando no en otra dirección. Entre los ediles de Podemos, en cambio, no ha encontrado más que complicidades y aliados.Durante estos primeros años de mandato, Carmena ha consumido muchas de sus energías en convencer a los díscolos de que por ese camino no iban a ninguna parte y que, dado que habían emprendido juntos el camino, juntos deberían seguir para poder llegar a su destino. Al tratarse de una candidatura formada, entre otros, por movimientos vecinales y colectivos ciudadanos, y no de un partido político al uso, los críticos estaban (y están) en su perfecto derecho de marcar su propio territorio, dado que no (solo) se deben a Carmena, sino a quienes les pusieron en la lista. “Cuando se renuncia a la construcción colectiva, a puntos centrales del programa, a la democracia interna y a la diversidad, solo queda el cesarismo. Bienvenidas a la Monarquía Municipalista de Madrid”, ha escrito el concejal Pablo Carmona, que representa el ala dura junto a Rommy Arce y Montserrat Galcerán.El caso es que la alcaldesa, que inicialmente rechazó repetir como candidata, no quiere que vuelvan a ‘estropearle’ el viaje y ha decidido imponer sus condiciones. No quiere más luchas internas, no al menos con la intensidad de este primer mandato en el seno de un partido “instrumental” donde el debate y la discrepancia son elementos consustanciales a su forma de entender la política. Todo lo contrario del ordeno y mando de otras formaciones, con una estructura piramidal y donde las órdenes emanadas desde la cúspide son de obligado cumplimiento.Harta de las disfunciones con las que se ha encontrado, Carmena quiere tomar el control de la tripulación y ser ella la que pilote el proceso junto a su equipo de confianza. La que decida, en definitiva, quién se sube y quién no a su tren. Si es que quieren, claro, que sea ella la que dibuje la ruta, marque el ritmo y señale en qué estaciones se detiene y en cuáles no. Y por supuesto, como queda dicho, con qué compañeros de viaje. Con algún tipo de participación, pero sin primarias.El ‘experimento’ de Ahora Madrid está agotado, por más que aún falten ocho meses para los próximos comicios municipales. El nuevo proyecto de la alcaldesa, con independencia del nombre que figure en la papeleta electoral, será —qué duda cabe— el de Ahora Carmena.


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