Acá no nos van a venir a patotear.1
Néstor Kirchner
07/12/2023.-
Venezuela, epicentro de contradicciones mundiales
El mundo enfrenta hoy un conjunto de contradicciones, siendo la fundamental la pugna entre unipolaridad-multipolaridad, que define un nuevo orden mundial. En este marco se expresa la crisis estadounidense por la hegemonía. Al mismo tiempo, y como resultado de la primera, se produce la guerra global por el control de las materias primas (petróleo, gas, agua, oro y otros minerales). Desde la expansión europea de 1492, se desarrollan las tensiones históricas Oriente-Occidente y Norte-Sur.
Todas estas contradicciones tienen su epicentro en Venezuela, por ser la nación suramericana que lideró la derrota del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y planteó nuevas formas de relacionamiento entre los países latinoamericanos y caribeños, con base en la complementariedad, la integración y la búsqueda de reducir las asimetrías regionales, como lo es el ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos). Como primera reserva de hidrocarburos del mundo, Venezuela está en el vórtice de la lucha por el control de los combustibles fósiles, recursos que, además, siguiendo la doctrina bolivariana, puso al servicio de la integración regional con Petrocaribe.
Ocho años de agresiones continuas
El 8 de marzo de 2015, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, firma la Orden Ejecutiva 13.692, donde declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional, lo que, de manera literal, significa una declaración de guerra. Como la guerra es un hecho fundamentalmente económico, las «sanciones» no son otra cosa que agresiones contra la economía, la industria petrolera y el estómago del pueblo venezolano, castigos colectivos dirigidos a producir un «cambio de régimen».
Estas agresiones económicas van acompañadas de las diplomáticas, en un intento por aislar a la nación. Son ataques mediáticos que van desde la cartelización de las grandes corporaciones comunicacionales que crean una visión distorsionada del país suramericano —colocándolo como un peligro para el mundo occidental— hasta las intensas, sistemáticas y permanentes operaciones psicológicas dirigidas a desestabilizar a su población y provocar confrontaciones internas, como las acciones de violencia callejera en 2014 y 2017. Han llegado al punto de atentar contra la vida del alto mando cívico-militar de la Revolución Bolivariana, con el magnicidio frustrado del 4 de agosto de 2018 y pasando por la creación de un gobierno paralelo en enero de 2019. Así como también la implementación de un escenario de guerra en la frontera colombo-venezolana. El mismo fue liderado por el gobierno paralelo, el Grupo de Lima y el presidente de la República de Colombia y estaba dirigido a tomar la población de San Antonio del Táchira, bajo la supuesta introducción de una «ayuda humanitaria». Se le conoció como la Batalla de los Puentes, de febrero, y remató con el sabotaje contra el sistema eléctrico nacional, en marzo del mismo año.
Esta cadena de agresiones contra la nación ha dejado claro en la conciencia del pueblo venezolano que estamos en una situación de guerra multiforme no convencional. Cada victoria del pueblo venezolano contra los planes injerencistas ha cohesionado a las fuerzas nacionales y fortalecido la unión cívico-militar.
El Esequibo: una escalada en la guerra imperial contra Venezuela
Desde el 2015, el imperialismo estadounidense, en su búsqueda desesperada por el control de las materias primas que puedan sacarlo de la grave crisis económica interna y reposicionar su liderazgo continental, ha ensayado diversos escenarios dirigidos a someter a la insurrecta Venezuela a sus intereses. Esta nueva pugna por el control territorial de la Guayana Esequiba y su mar territorial no es más que una escalada en la agresión continuada contra la nación.
La petrolera ExxonMobil usa ahora como peón de la guerra por delegación al gobierno subordinado de la República Cooperativa de Guyana, cuyo Presidente, en un desconocimiento total sobre el talante y la idiosincrasia del pueblo venezolano, adelantó, en conjunto con las corporaciones mediáticas y la Corte Internacional de Justicia, una operación dirigida a crear presión contra la República Bolivariana de Venezuela. Ha amenazado al país con tomar el territorio Esequibo con la ayuda militar del Comando Sur de los Estados Unidos y pronunciado discursos altisonantes mientras anunciaba los ejercicios militares conjuntos en aguas territoriales por delimitar.
Las concesiones otorgadas por el gobierno guyanés le han permitido al gobierno estadounidense romper el control del mercado petrolero ejercido por la OPEP Plus, puesto que han colocado en los mercados internacionales una importante cantidad diaria de barriles de petróleo, de los que despojan a su legítimo dueño, el pueblo venezolano. Así han logrado bajar la presión por la demanda y, por ende, los precios del crudo.
Referendo consultivo: una lección de dignidad
El presidente Nicolás Maduro expresó: «¡Ganó Venezuela! El pueblo venezolano ha hablado alto y claro», señalando el carácter vinculante que tienen las consultas populares por mandato constitucional. Por esta razón, podemos prever que, de manera inmediata, los poderes públicos venezolanos diseñarán acciones dirigidas a la concreción de esta voluntad, creando el estado Guayana Esequiba, aprobando en el próximo presupuesto anual un situado constitucional, ejecutando planes de atención a su población y nombrando autoridades transitorias, entre otras medidas encaminadas a la recuperación de este territorio que, legal e históricamente, es venezolano.
La alta participación en la consulta y el contundente rechazo al pretendido tutelaje de la Corte Internacional de Justicia parecieran tener incidencia en la posición del gobierno guyanés frente al litigio internacional. De hecho, el presidente Mohamed Irfaan Ali ha dado un giro en su discurso, llamando a los venezolanos «vecinos, amigos, hermanos y hermanas» y expresando que «la prosperidad de Venezuela y Guyana, juntas, es la prosperidad de la región».
Acuerdo de Ginebra: único camino
Pareciera haber quedado atrás la posibilidad del imperio estadounidense de poner a pelear naciones hermanas para confiscar sus recursos en este continente. Los pueblos de Guyana y Venezuela, siguiendo la ruta del Acuerdo de Ginebra, podrán convenir en la explotación conjunta de las ingentes riquezas de este territorio. La vía bolivariana para la resolución de conflictos venció una vez más al monroísmo y su triste imperio de papel.
Anabel Díaz Aché
Fuentes consultadas:
1Cuatro F Web [@CuatroFWeb]. (2020, noviembre 23). [Twitter]. «Acá no nos van a venir a patotear», dijo el presidente Néstor Kirchner dirigiéndose a la delegación estadounidense presidida por George Bush en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata en el 2005. https://twitter.com/cuatrofweb/status/1330977672999038977