Se acabaron, y por mucho tiempo, los grandes márgenes. Es hora de controlar al máximo detalle la evolución de cada mercado, de cada producto, para entender cuál es el resultado de la empresa y qué elementos influyen en su evolución.
Las ventas caen, los márgenes se estrechan, los beneficios se reducen o incluso desaparecen. En ese contexto el empresario, el directivo, ha de tener respuestas y rápidas, y para eso debe conocer con claridad por qué bajan los beneficios y dónde ha de actuar para mantener la empresa a flote.
Aun ahora sigue habiendo empresas que se manejan sin control, sin anticipación. Empresas que se dan cuenta que no van bien cuando la tesorería los ahoga. Y entonces suele ser tarde para solucionarlo…