Revista Diario
Como cambian las cosas.
A mediados de enero estaba relativamente asustada por lo muchísimo que se me caía el pelo. Yo iba ya advertida, tenía claro que uno de los efectos postparto que pueden llegar a ser más escandalosos es, precisamente, la caída del cabello. Además, siempre he tenido mucho pelo y mucho volumen con lo que miedo a quedarme calva, en principio, no había. Pero claro, empiezas a ver esos mechones que se desprenden solos, esos puñados de pelos cada vez que te tocas la coleta y piensas madre mía, calva no, pero lo mismo me quedo con el pelo pobre, ¡con lo que yo he sido!.
Que se me cayera el pelo en enero era normal. Me acaba de venir la regla por primera vez, mi hijo tenía tres meses, y tenía que "soltar" todo el cabello que no se me había caído durante el embarazo, aunque parecía que lo iba a soltar todo de golpe en vez de paulatinamente, que la verdad, había días que se me caía tanto que creo que hubiera dado para hacerle una peluca a una Barbie.
Como era de esperar, la caída cesó pronto. Y ahora tenemos (¡afortunadamente!) el efecto contrario. La caída bestial duró como dos meses. Cuando mi bebé ya estaba en torno a los 6 meses, lo que noté es que me estaba saliendo pelo nuevo. Empecé a notarlo por la cantidad de pelitos cortos y foscos que tenía en la raíz del pelo y al cabo de unas pocas semanas es como si me estuviera saliendo un flequillo nuevo: por toda la zona de la frente y los laterales me estaba saliendo pelo nuevo.
A día de hoy, casi 10 meses después de dar a luz, ya no me salen pelos nuevos (o no tan exageradamente) pero aún no se me han igualado con el resto esos que me empezaron a salir a toda velocidad con los 6 meses de mi hijo. Vamos, que ahora mismo es como si tuviera dos flequillos, el mío de siempre y otro debajo, que va ya por la mitad. Quedar queda horroroso, lo disimulo como puedo, porque además en verano con la humedad se me riza y al ser tan cortito no hay quien lo dome.
Pero quejarme no me quejo, no, que prefiero esto a que se me claree el cuero cabelludo. Mi madre siempre ha sido de poquito pelo y sin volumen y ¡quita, quita!, por mucho que me queje de mi mata de pelo, ¡mejor que sobre!.
PD. Cuando vi la foto del perro ovejero, no me puede resistir, ¡qué achuchable!... Yo tengo un poco menos de melena, ¡de momento!.